Hoy en día se tiende a buscar conexiones en todas las cosas, que si los altos son más nobles, que si los pelirrojos más perversos, que si los que tienen la nariz griega más activos sexualmente… En fin, paparruchas, como paparrucha me parece esta conexión entre inteligencia y maternidad. La inteligencia tiene un componente genético y otro adquirido, en tanto que el deseo de ser madre es algo visceral, puro instinto, un instinto que puede sobrevenir en la misma medida a la mujer más lista del mundo que a la más necia. Cosa distinta es que haya mujeres que renuncien a la maternidad por un mayor desarrollo profesional, pero esa renuncia nada tiene que ver con una mayor inteligencia, a lo sumo podría decirse que iría ligada a la ambición personal.
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