¡Hola Agenda!
Esta mañana me tuve que encerrar en el baño del trabajo porque no podía aguantarme las ganas de llorar... Cuando se pasó la tormenta, me senté en mi sitio, me puse los cascos y me puse música (una lista de buen rollo de Spotify, no dramones de amor!). La pena sigue ahí, pero es un poquito más llevadera, y si al llegar a casa (o cuando vaya en coche) necesito llorar, lloraré un poco, pero luego me secaré las lágrimas y me sonreiré, que yo también me lo merezco, ¿no? ¡Pues tú no vas a ser menos! ¡Mucho ánimo!
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