Te seré muy sincero y me pondré de ejemplo. Pasados los años y vividas muchas experiencias, sean buenas, regulares y malas si he aprendido algo es a marcar con trazo firme y pintura fluorescente lo que considero lineas rojas que nadie que quiera relacionarse conmigo puede atravesar sin coste. A veces ni siquiera son límites lógicos o comunes para otras personas, pero son los míos. Punto.
Lo que opinen los demás me importa relativamente muy poco. Y si tu tienes bien definidas esas lineas, cuando alguien las traspasa se expone al olvido y al rechazo. Fin de la historia.
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