Así lo pasamos la mayoría de nosotr@s, en una infausta soledad y con un sentimiento de desolación ante la ausencia de quien se ama.
No puedes dejar de querer a voluntad, ni en un periodo corto de tiempo. Es un proceso que implica que tu mente se sosiegue y deje de producir las sustancias que generan el apego y la necesidad por esa persona. Lo cual lleva su tiempo… pero al final es una pérdida que se consigue superar.
Ahora es como si esperaras sanar de una herida o fractura. Quedarás imposibilitado hasta que tú mismo recuperes las capacidades perdidas. Y obvio durante esta etapa te va a doler y no poco.
Es parte del duelo, y tienes que vivirlo para reponerte. Tiempo y voluntad precisas para no dejarte estancar en el hoyo.
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