Dejando a un lado el aspecto legal, que ya lo ha explicado Bull, está claro que hemos juzgado esto con las leyes de ahora.
Por eso, olvidando ese aspecto y lo delictivo vamos a pensar en el grooming (engaño/seducción de un adulto a un menor) como una cuestión de manipulación psicológica. Alguien en una posición de poder ha engañado a alguien en clara desventaja para sacar provecho, con el repugnante añadido de ser un provecho sexual. Que algo no fuese ilegal no significa que no debería haberlo sido, porque ya me dirás qué hace un hombre hecho y derecho con una niña. Moralmente es repulsivo.
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