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Antiguo 16-Aug-2023  
Usuario Experto
Avatar de Jgeo
 
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No sabía si colocar este desahogo mío por aquí dado que me habría encantado encontrarme un hilo con historias de flechazos, pero al no haberlo y dado que de haber sido se habría tratado de un amor a distancia, he decidido que este podría ser un buen lugar. Voy con la historia (y aviso que voy a explayarme por lo que entenderé que alguien la use para combatir el insomnio).

A lo largo de mi vida me he enamorado muchas ocasiones: a veces ha sido intenso, a veces ha sido leve, a veces ha sido por un periodo largo, a veces ha sido por breve tiempo. Pero, de todas esas ocasiones, hay una que, treinta años después (y con esto no exagero ni trato de generalizar cifras porque justo ayer se cumplieron treinta años) aún no logro quitarme de la cabeza.

Fue en Agosto de 1993. Iba a poner alguna Efemérides para tener algo de contexto, pero fue un verano bastante tranquilo aquí en España; así que diré que fue el año tras las Olimpiadas de Barcelona, el año tras la Expo de Sevilla y el año en que se destapó el crimen de Alcasser... Aunque me resulte algo macabra esta última referencia ahora que la leo he decidido dejarla porque este caso nos tocó mucho: Estas chicas desaparecieron durante en verano en un pueblo de Valencia cuando salían de fiesta; y es que eso era exactamente lo que nosotros hacíamos a lo largo de todos los fines de semana de los veranos en el pueblo (aunque, en mi caso fuera en Extremadura) ese verano nos dimos cuenta de que podría haber pasado allí mismo y que ellas podrían haber sido amigas nuestras.

Los “boomers” de por aquí, que hayan veraneado en cualquier pueblo del interior, saben de lo que hablo: Entresemanas interminables pasando calor (ni siquera piscina teníamos), paseando con las bicicletas al río y esperando a que llegase el fin de semana para darlo todo en la discoteca del pueblo, como era de esperar de gente en la franja de los 16 a 18 años. Pues bien, el domingo 15 de Agosto de 1993 eran las Fiestas del Emigrante y eso era lo que nosotros precisamente éramos: hijos de emigrantes que abandonaron el pueblo para repartirse por toda la península; algunos a Madrid, otros a Barcelona, a Bilbao, a Sevilla… y unos cuantos foráneos. Y dado que para esas fiestas estábamos casi todos (las fiestas grandes eran a mediados de septiembre pero con el comienzo de las clases éramos pocos los que nos quedábamos hasta entonces) decidimos adoptarlas como fecha clave del verano.

Nuestro territorio de celebraciones transcurría entre la plaza del pueblo, donde estaban nuestros padres (a los que acudíamos para pedir dinero y poder prolongar la noche), los coches de choque (que sólo venían a las fiestas del emigrante porque Mérida también celebraba algo en septiembre), la discoteca del pueblo (el centro neurálgico que sólo abría la terraza-disco de verano y mantenía en total penumbra la parte invernal del local, llena de parejitas), el bar de la esquina (donde poder comerte unas hamburguesas a las tres de la mañana, que para nosotros era la mitad de la noche) y la discoteca de las afueras (una novedad que abrió uno o dos años atrás y donde solíamos empezar la noche).

Esta discoteca de las afueras era totalmente exterior, pero tenía una zona cubierta para el invierno pero que el propietario decidió abrir, supongo que para hacer negocio y aprovechando que le compensaría hacerlo en un fin de semana largo, y dedicarlo a música española mientras reservaba el exterior para el techno, supongo. Acudí de cabeza con un amigo vasco (un tío la hostia de simpático) a la barra de la zona interior a dármelas de gran bebedor a mis escasos 17 años enseñándole lo que era un “cuá-cuá” (nada más y nada menos que Cointreau con Licor Cuarenta y Tres; una bomba de licores vaya) y echarnos unas risas mientras el resto del grupo se desperdigaba por la disco.

Y en estas estábamos cuando una conocida del grupo, una chica de Mérida más amiga de mi prima que mía me vino a preguntar si no íbamos a participar en el “Baile de la escoba”. Yo no tenía intención alguna, así que mientras esperaba que el camarero nos preparara los Cuá-Cuás le dije que no porque no tenía pareja. Me agarró del brazo y me dije algo así como “Pues ya la tienes, ven que te presente a mi hermana” y me dejé arrastrar con desgana, dejando atrás a mi amigo el vasco con dos vasos llenos en la mano. No caminé ni tres metros cuando vi a su hermana y, maldita sea, era como un Ángel... Me acerqué y todo me pareció que iba a cámara lenta a su alrededor: las luces de la disco, la gente bailando… todo mientras notaba que algo me atravesaba por dentro, de lado a lado (Y juro que aunque esto parezca un puñetero cliché de película romántica barata fue exactamente como lo sentí). Fue algo instantáneo y explosivo: un enamoramiento a la velocidad de la luz que jamás había sentido y que jamás volveré a sentir, supongo.

Ahora, con el transcurrir de los años y ciñéndome a lo que me chiva mi memoria, probablemente le podría sacar mil defectos a la muchacha, pero fue un momento absolutamente mágico para mí. Me la presentó y su nombre me quedó grabado a fuego en la memoria mientras yo apenas podía articular palabra, era tan tímida como preciosa y apenas intercambiamos palabras antes de que el concurso empezara.

Yo no podía creerme que me estuviera pasando esto, y pasé de la estupefacción al ataque de pánico. Lo solucioné haciéndome el valiente y dando una vuelta de más con la escoba cada vez que nos llegaba, hasta que logré que la música parara con ella en nuestras manos. Me encogí de hombros sonriéndola y mirándola mientras ella me devolvió la sonrisa, imagino que condescendientemente (“el imbécil este para qué da vueltas de más” debió pensar) y me separé lo justo para volver a sentirme cómodo.

Y hasta aquí ha llegado mi tostón por hoy, que me canso de teclear. Si a alguien le interesa que siga con la historia, por favor que comente; aunque lo más probable es que, de todas todas, la siga unilateralmente (sin contar con vuestro permiso y desahogarme aún más si cabe XD).
 
Antiguo 16-Aug-2023  
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Buen hilo y buena idea lo del hilo de flechazos, no me suena que haya nada similar por aquí, si alguien se anima
 
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Hola, forer@s, hola, Jgeo.

Me encanta lo de que con 30 años no exageras ni tratas de generalizar cifras jajaja

Síguela, hombre, que tienes buena narrativa

Un saludo.
 
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Pues, en mi opinión, escribes bien y me ha gustado leer la historia.
Leeré el segundo fragmento.
De todas maneras, aunque te dijera lo contrario, ibas a continuarla pero, hablando en serio, opino que está bien escrito el relato y leeré la continuación.
 
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Hubiera sido digno de mención, dadas las efemérides expuestas, nombrar el crimen de Puerto Urraco, cometido unos años antes en esas fechas pero cerca de donde experimentaste tal flechazo.
 
Antiguo 17-Aug-2023  
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Pues lo primero gracias por los feedback. Siempre es agradble que a alguien le esté gustando una historia de abuelo cebolleta XD.

Ilcavalieri, cierto es lo que comentas de Puerto Hurraco, pero eso fue dos o tres años antes y jamás nos vimos tan identificados como con el caso de las niñas, que se nos convirtió en uno de esos temas que abcababan las conversaciones con un incómodo silencio... Fue como un baño de cruda realidad acerca de una faceta del mundo en que vivíamos de la que nuestros padres nos habían mantenido ignorantes.

En fin, que sigo un poco más.
 
Antiguo 17-Aug-2023  
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Llegado a este punto del relato tengo que hacer un pequeño lapso para explicaros alguna cosa de mi grupo de amigos y amigas. Saliamos juntos, en especial los fines de semana, si bien, como en todo había ciertos subgrupos de gente que se llevaba mejor entre ellos y, en consecuencia tenía más trato.

Eramos tanto gente de fuera (los que más) como gente del pueblo. Yo tenía a mi prima, que es la que me incitó a salir con su grupo de amigos que luego hice mios (seguramente se trataba de una comanda de mi madre porque yo, la verdad, soy tímido y me cuesta convertirme en el alma de las fiestas por mucho que a veces lo logre). Mi prima, por aquel entonces, yo pensaba que iba a acabar enrollandose con uno de los del grupo: un chico de Cádiz la mar de simpático que venía a verla día sí día también; pero, por suerte o por desgracia, acabó ennoviandose con el mejor amigo de este, el más guapo de uno de los tres chicos catalanes que venían a veranear juntos. Mi prima tenía también su grupo de amigas, casi todas del pueblo, entre las que se encontraban el amor de mi vida y su hermana. Por mi parte, aparte de todos los anteriores, yo me relacionaba con el chico vasco de los cuá-cuás (anda que no me habré reido con él) y con Paco de Madrid.

Paco era un poco amigo y un poco ídolo para mi. Era alto, duro y valiente; un auténtico rocker del sur de Madrid que acostumbraba a terminar de sacarnos de lios (a hostias si era necesario) cuando el alcohol hacía que el vasco se nos vinivera arriba y nos metiera en líos con los del pueblo de al lado. Siempre le recordaré como la canción de su amado Loquillo: "Feo, Fuerte y Formal".

Pues en esas estaba yo, en esa pista de discoteca dejando espacio al resto de concursantes no eliminados y sin poder dejar de quitar ojo a esa belleza de muchacha que el destino había puesto en frente a mi al otro lado de la pista. Aún puedo recordar cada una de sus facciones (hasta el punto de que creo que podría dibujarlas), pero de todos los detalles que podría dar sólo voy a descatar sus ojos, increiblemente claros y profundos, con los que yo evitaba a toda costa cruzarme cada ve que me lanzaba alguna mirada de soslayo porque para mi era como una tortura. En la pista, rodeados por todos nosotros, sólo quedaban dos parejas: Un matrimonio desconocido de cierta edad y Paco que, junto con su prima, intentaban hacerse con él, para nosotros, glorioso premio consistente en una botella de champán. Todo estalló en júbilo cuando nuestros amigos lograron hacerse con el premio.

Podéis imaginaros las risa, el jolgorio y algarabía. Además de la botella de champán, nos llevamos la escoba como símbolo de nuestro triunfo. Nos dimos cuenta de que necesitabamos vasos para el champán y que el sitio adecuado para buscarlos era el chiringuito de la plaza del pueblo; por lo que allá que fuimos (aunque también para presumir de nuestra victoria frente a los grupos de padre, supongo). No obstante, hicimos una parada técnica en los coches de choque: mi prima montó con su tortolito catalán, los otros dos catalanes se repartieron a las amigas del pueblo que les gustaban a acad uno, el de Cádiz montó con el vasco y Paco, totalmente de subidón, se lanzó de cabeza a invitar a mi repentina amada a ser su acompañante, que aceptó sin dudar. Yo me quedé un poco en shock ¿Cómo era posible que aceptase ir con él y no quedar a la espera de que yo le ofreciese montar conmigo? ¿Por qué Paco me hizo esto a mi, uno de sus mejores amigos en el pueblo? A día de hoy sé que jamás yo me habría ofrecido a montarla conmigo y que Paco dudo que supiera (aunque quiero pensar sí que le habría importado) todo lo que esa chica me gustaba...

Esperé a que terminaran de montar acompañado de dos o tres chicas del pueblo que entre risas empezaron a abrir la botella y a beber a morro a modo de venganza contra las parejas de autochoquistas. Yo las acompañaba, pero lógicamente no estaba en esa fiesta... Al final bajaron hasta la plaza e, imagino, que conseguirían vasos; pero yo ya no les acompañé: tenía mucho en que pensar y decidía aprovechar que vivía al lado para irme a casa. Supongo que el contraste de sentimientos encontrados hizo que esa noche no pegara ojo y que la noche siguiente decidiera no salir (me hice el enfermo para poder mantener a mi madre al margen de esos asuntos). La semana siguiente me repuse y averigué por mi prima donde vivían la chica por la que me colé; cogí la bici y me puse a dar largos paseos en solitario por el pueblo pasando de vez en cuando por su calle para ver si lograba encontrarme con ella. Probablemente habría llegado a Madrid de todo lo que pedalee antes de poder finalmente verla; la saludé de pasada y me respondió (aunqeu no tengo muy claro que me reconociera siquiera). el resto de la semana estuve esperando ansioso hasta el siguiente fin de semana pero, por desgracia ya no volvería a verla hasta el verano siguiente.

Los inviernos en Madrid suele ser duros; estar enamorado de alguien que vive lejos y que, probablemente, no lo está de ti no hizo mejorar el del año 1994. No obstante, cargado de esperanzas volví al pueblo al acabar las clases y la selectividad (que me fue horriblemente mal) sólo para descubrir que la hermana del amor de mi vida se había ennoviado con uno de los chicos catalanes... Y ella con el otro... El verano en mi pueblo es duro; estar enamorado de alguien que está con otro y que, probablemente, no hubiera sentido nunca el flechazo que sentiste tú no hizo mejorar el del año 1994.

Pues hasta aquí la historia principal. Sé que sería buen punto para dejarlo pero probablemente no pueda evitar hacer un flash forward a un par de años después en el que hablaría (casi) por primera y por última vez con la chica, y aprovechar para dejar una pequeña moraleja de todo esto.
 
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Da gusto entrar al foro y leer de vez en cuando, para variar, un hilo bien escrito, interesante y divertido. Me gustó tu historia, Jgeo, y me recordó aquellos años de las fiestas de los pueblos, los conciertos en la plaza, los coches de choques, las discotecas y demás parafernalia de la España rural de la época
 
Antiguo 17-Aug-2023  
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Ains... este ratoncito también es de esa generación, pero yo era de los que vivía, y vivo aún, en el pueblo, esperaba con ansia las vacaciones para que llegaran los amigos "forasteros" y ampliar la pandilla.
Luego poco a poco, cuando nos fuimos haciendo mayores, el grupo se fue desintegrando, los de fuera se fueron echando novio-a, casándose, churumbeles al mundo, dejando prácticamente de venir, algunos-as no sé ni que es de ellos, aunque hay muchos que a través las nuevas tecnologías y redes, han recuperado algo el contacto, ya no es lo mismo.
Aquellos maravillosos años!!
 
Antiguo 18-Aug-2023  
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Gracias por los feedback.

La verdad es que cuando tienes una bonita historia que recordar y quieres dejar de algún modo plasmada lo menos era tratar de esmerarme en lo posible al redactarla. Me alegro que la hayáis, por lo menos, podido seguir porque tiendo a ser caótico a la hora de trasvasar información.

En cuanto al tema generacional es cierto, palabra por palabra: aquellos maravillosos años, el abandono gradual, la reconexión gracias a las redes sociales... Una cosa que a mi me llama poderosamente la atención es que, en su día, escuchaba a mis abuelos decir cosas como "Estos niños no saben de música" o "Todo el día con las maquinitas... ¡No saben ni jugar!" y que ahora repito yo constantemente XD

Bueno, sigo con la última parte por si a alguien, a parte de a mi, le interesara saber cómo acaba la historia y la moraleja que supe sacar de ella.
 
Antiguo 18-Aug-2023  
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Iba a pasar todo el verano viendo a mi pretendida emparejada con uno de los chicos catalanes y encima este era bastante majete (el de su hermana no tanto, me caía bastante peor). Este chico que había logrado cumplir el sueño que yo no pude se llamaba Alex. Por otra parte, el tercer miembro de la muchachada catalana con el que se enrolló mi prima las vacaciones anteriores y que era con el que más confianza tenía de los tres, no regresó nunca más al pueblo, al igual que mi amigo el chico vasco. Entre eso, y que a Paco me apetecía verle entre nada y menos, fueron unas vacaciones un poco-bastante de mierda. Lo único destacable que recuerdo de ese verano del 94 fue una terrible borrachera que me cogí yo solo a base de cubatas de tequila con Sprite (tras distinguir las siluetas de mi amada y Alex en la zona oscura de la discoteca del pueblo) y que me dejó al borde del coma etílico, por lo que decidí que quizá fuera mejor dejar de salir los findes de verano.

Ocurría que nosotros pasabamos las vacaciones enteras en el pueblo, desde las fiestas del emigrante hasta las de septiembre, pero no todos los forasteros lo hacían así. Llegó el día en que los catalanes se marcharon, como también lo hicieron mi amada y su hermana (imagino que se coordinaron para convencer a sus padres de las fechas e intentar pasar así la mayor cantidad de tiempo posible juntos), y al igual que Paco y muchos otros solçian hacer. Mi prima, mucho más sociable y popular que yo, ayudó a sacarme de nuevo de casa y me presentó otro grupo que venía a veranear hasta las fiestas de septiembre. En él estaban una prima segunda nuestra, dos hermanas de Madrid y la mejor amiga de la menor de estas que era del pueblo. Con ello que me encontré en un grupo constituido por cinco chicas junto a mi y con el alivio que me suponía no pretender nada con ninguna.

La mayor de las hermanas, cuyo nombre era Nati, además de guapa era simpática y extrovertida y, encima, me metió de lleno en su "friendzone". No tenía novio (hasta ese día había tenido historias con un chico del pueblo bastante mayor que ella pero parecían haberlo dejado) pero no le faltaban pretendientes. Su hermana, Maria José, mucho más introvertida, había estado saliendo mucho tiempo con un chico canario que se había quedado a vivir hace poco en el pueblo, pero con el que lo había dejado recientemente (ese chico me caía bastante bien, pero luego demostró ser un tio algo retorcido). En fin, que las cinco chicas y yo nos subíamos a un bar por nuestra cuenta a empezar las fiestas a base de minis de cerveza con submarinos (la estropeaban sumergiéndole un chupito de menta, aunque en ese momento poco me importó) y a acribillarme a preguntas acerca de los tios antes de unirnos de farranda a los demás. Acabaron siendo las mejores fiestas de septiembre que recuerdo; entre otras cosas porque, además, me convertí en la envidia de muchos en el pueblo cuando paseaba con Nati cogida de mi brazo.

Entre eso y que a finales de ese año una chica de mi instituto en Madrid me estuvo rondando (posteriormente me enteraría que le gustaba desde segundo, justo antes de que me diera unas merecidísimas calabazas) pude olvidarme lo suficiente de mi ya ex-enamorada. Y en esas estabamos cuando volví a mi pueblo el verano del 95. Durante las fiestas de agosto volví a salir con Paco, el chico de Cadiz y los chicos catalanes (y creo que también fue en esa época cuando conocí al ex-novio canario de Maria José). Además me enteré que mi ex-amada había cortado con Alex y estaba sin pareja (no me importó mucho en ese momento, pero no pude evitar la vileza alegrarme un poquito).

Pasé un verano estupendo y llegaron las fiestas de septiembre. Ese año Paco, el chico gaditano, mi ex-pretendida y su hermana dedicieron quedarse hasta septiembre, pero yo seguí con la misma dinámica y grupo que el año anterior (a excepción de mi prima decidió ir por libre junto a otro chico del pueblo que al parecer le hacía ojitos). Recuerdo que, aún siendo muy consciente de que yo para ella no era más que un amigo, no pude evitar encoñarme un poco con Nati. Pero por desgracia cupido seguía sin estar a mi lado y, durante el día mayor de las fiestas del final del verano, Nati volvió a verse con su ex, el chico mayor del pueblo (no me importó demasiado, ya tenía el corazón lo suficientemente encayecido supongo); no obstante Maria José, su hermana pequeña, me convenció para salir de cachondeo lo que quedaba de fiestas auqnue solo fuera con ella y con mi prima segunda porque, al parecer, su mejor amiga también se había echado noviete.

Era el penúltimo día de las fiestas de septiembre y Maria José y yo, de algún modo, nos quedamos solos en la discoteca del pueblo. Yo creía que simplemente nos lo estabamos pasando bien y en plan amigos total (la verdad es que también me parecía una chica monísima, pero yo no pretendía absolutamente nada con ella) cuando, de repente, la chica se me echó a llorar desconsoladamente. Al parecer el nuevo noviete de su mejor amiga no era otro que su ex (el tipo canario algo cínico y retorcido) y ahí comprendí algunas cosas: sospeché que Maria José me había intentado usar de "mora verde" para quitar otra mancha de mora que finalmente no pudo sacarse... El tema es que, en ese momento, yo sólo trataba de consolarla pero no encontraba el modo, por lo que decidí avisar a mi prima, que estaba por allí tonteando, para que buscara a su hermana. Acudieron Nati y la que hasta entonces había sido su mejor amiga para tratar de consolarla (me enteré que la chica realmente no obró mal dado que la había consultado antes de ennoviarse con su ex, pero creo que al final la verguenza y la culpa hizo que la amistad entre ellas se marchitara).

Ambas, Nati y la amiga, me dieron las gracias, pero lo que pasó fue algo que realmente me entristeció y, consecuentemente, me cortó mucho el buen rollo, así que decidí irme a casa. La cosa no mejoró a la mañana siguiente porque acudieron a despertarme Paco y el chico de Cádiz, echándome un poco en cara que no me fuera con ellos durante las fiestas. Eso, en el fondo, me congratuló bastante porque yo siempre me había considerado un poco el acoplado al grupo (no hay que olvidar que fue mi prima la que me introdujo y yo siempre he sido bastante introvertido) y, de repente me estaba dando cuenta de que para ellos era... no sé... un amigo importante. Les pedí perdón, me disculpé diciendoles que es que rara vez ellos se quedaban hasta septiembre, que nunca pensé que podrían haberse sentido ninguneados y les prometí que a partir de ese momento contarían con mi plena presencia en las fiestas.

Esa noche era la última noche de las fiestas de septiembre. Me arreglé con mis mejores galas y acudí sólo a la discoteca de las afueras donde probablemente estaban Paco y el chico de Cádiz esperándome. Al llegar no encontré a nadie, por lo que decidí bajar al pueblo a buscarles. Y en la esquina del último bar del casco urbano me las encontré: Iban mi ex-enamorada, su hermana y un par de amigas del pueblo más. Les paré para preguntarles si habían visto a Paco y al chico de Cádiz y automáticamente, como un resorte, mi ex-pretendida interrumpió a su hermana para decirme que les habían visto en la plaza del pueblo. No pude evitar sonreir y decirle "Gracias Camino" (hasta su nombre era bello, sí). Dí unos cuantos pasos alejandome y miré hacia atrás y, por última vez, cruzamos las miradas. No habría ya fuego alguno pero, por mi parte, reconozco que las ascuas volvieron a avivarse un poco.

Volví a Madrid con cierta desazón por haber, quizá, dejado pasar una última oportunidad del que podría haber sido el amor de mi vida, mas decidí no pensar mucho en ello dado que pasaría un año antes de que pudiera hacer nada. En Madrid acabé prendándome de la chica de mi instituto que me había estado tirando los trastos, pero esta me acabó plantando con la fase más cruel que creo le pueden decir a un hombre que se declara: "Quizá si me lo hubieras pedido antes...". Dolió bastante, pero docto en rechazos como yo ya estaba, no me duró demasiado el bajón y pocos meses después conocí en el cumpleaños de una amiga a la que sería mi futura mujer y madre de mis dos hijos.

Jamás volví ya a veranear en el pueblo. Pasaron treinta años en un suspiro: mi mujer y yo nos fuimos a vivir juntos, nos casamos, tuvimos prole, mis hijos crecieron hasta que el mayor se volvió adolescente... Tiempo después, gracias a la magia de las redes sociales, logre encontrar a muchos de mis viejos amigos y amigas del pueblo (dos de los chicos catalanes, Nati, Paco, el chico de Cádiz...) e incluso me atreví a contactar con algunos; pero, tristemente, ya nunca más volví a saber nada de Camino.

Y hasta aquí mi historia. Mañana me terminaré de aliviar con una reflexión acerca del amor, de los flechazos y de la historia vivida y, con ello, prometo dejaros en paz XD
 
Antiguo 18-Aug-2023  
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No lei todo señor pero si tiene una buena memoria, ya pasó décadas pero se acuerda muy bien todo . Es una buena historia, debería escribir un libro , hasta se acuerda de los nombres de sus amigos de infancia, eso sí es tener memoria y le digo porque yo no me acuerdo ya ni de sus nombres de mis amigas de infancia. Siga con la historia está buena señor
 
Antiguo 18-Aug-2023  
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Lo cierto es que, a medida que pasan los años, hay ciertos aspectos que he ido olvidando, por lo que algún detalle del relato podría no ser del todo exacto. No obstante, lo importante de la historia ocurrió tal cual lo cuento.

En cuanto a los nombres recuerdo todos y cada uno de ellos. Decidí no poner todos porque si en el relato digo que el chico de Cádiz se llama Antonio, el Vasco se llama Ángel... acabaría formando un cacao de nombres; es por ese motivo y no otro por el que he decidido limitarme a nombrar a aquellas personas más significativas en el relato (ahora que lo pienso quizá la modifique y ponga algún nombre más que, al verlo escrito, veo que tiene para el relato más importancia de la que le inicialmente le suponía). Les recuerdo tan bien a todos y cada uno de ellos que de hecho, si cierro los ojos, puedo verles tal cual eran.

En cuanto a lo de escribir un libro creo que nunca he tenido ni tendré el arte necesario. Y más importante: el tema, me temo, resultaría demasiado costumbrista para los tiempos en que vivimos, pero gracias por darme a entender que le gusta como escribo XD
 
Antiguo 18-Aug-2023  
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Bueno, y doy fin a esto en modo Moraleja...

Como ya he comentado de un tiempo a esta parte he estado buscando a Camino infructuosamente. El motivo de la busqueda poco o nada tiene ya que ver con lo romántico, sino más bien quizá con la añoranza de tiempos mejores. Si por los hados del destino la volviera a encontrar, ya no querría intentar hacer que ocurriera lo que en su día no pudo ser; más bien me gustaría descubrir que ha llevado una vida feliz al lado de alguien, porque nada me resultaría más satisfactorio que comprobar que la vida le dió a ella a cambio algo tan importante como lo que ella me regaló a mi...

Lo que viví en el 93 fue, sencillamente mágico y, hasta donde sé, harto improbable. Al final me he percatado de lo afortunado que he sido al poder experimentar el flechazo que me provocó (pese a que, al final, quedara en nada).

Y solo por eso le estaré eternamente agradecido y siempre quedará un huequito en mi corazón para su recuerdo.

Solo me queda dar las gracias a todo el que me haya leido y pedir perdón al resto por el tostón.

Un saludo.
 
Antiguo 19-Aug-2023  
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Avatar de jjavier
 
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Una historia muy bien contada. Me ha gustado mucho leerte.
 
Antiguo 20-Aug-2023  
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Pues lo dicho ya por otros foreros, se te da bien lo de la escritura, pero tienes que buscar algo con más...acción, emoción, intensidad...

Es un relato sobre algo que pudo ser y no fue, además ocurrió hace mucho tiempo, cual es el motivo de contarlo ahora?
 
Antiguo 20-Aug-2023  
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No sé si me he explicado bien al escribir esto, pero solo buscaba compartir en este foro una historia que me ocurrió de joven, no escribir una novela XD.

Sí os he dado esa sensación perdonadme; quería ponerle un poco de esmero porque me gustó mucho haberla vivido y yo no podria haberla contado de cualquier manera.

El motivo de hacerlo ahora es personal y prefiero reservarmelo para mi, pero el hecho de que se hayan cumplido justo 30 años desde aquello era una oportunidad que no podía dejar escapar.
 
Antiguo 21-Aug-2023  
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Iniciado por Jgeo Ver Mensaje
No sé si me he explicado bien al escribir esto, pero solo buscaba compartir en este foro una historia que me ocurrió de joven, no escribir una novela XD.

Sí os he dado esa sensación perdonadme; quería ponerle un poco de esmero porque me gustó mucho haberla vivido y yo no podria haberla contado de cualquier manera.

El motivo de hacerlo ahora es personal y prefiero reservarmelo para mi, pero el hecho de que justo se hubieran cumplido justo 30 años desde aquello era una oportunidad que no podía dejar escapar.
No te tenemos perdonar nada. Solo faltaría. Lo que pasa es que a la forera Elizabetta, tengo entendido, le gusta mucho la lectura, creo que también escribe, y habrá expresado, me imagino, su opinión desde un punto de vista de alguien que entiende algo de literatura.

No te preocupes, que si lees un poco por encima algunos de los hilos y mensajes que ves en este foro, deducirás que te expresas mucho mejor que unos cuantos forer@s.
 
Antiguo 21-Aug-2023  
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Iniciado por jjavier Ver Mensaje
No te tenemos perdonar nada. Solo faltaría. Lo que pasa es que a la forera Elizabetta, tengo entendido, le gusta mucho la lectura, creo que también escribe, y habrá expresado, me imagino, su opinión desde un punto de vista de alguien que entiende algo de literatura.

No te preocupes, que si lees un poco por encima algunos de los hilos y mensajes que ves en este foro, deducirás que te expresas mucho mejor que unos cuantos forer@s.
Vale, he buceado un poco en el foro y veo lo que dices.

Ya me chocaba ver tanta gente congratulandose y felicitándome por la narrativa. Ahora lo entiendo, pero un poco más de halago y ese tal García Márquez me habría parecido un mindundi XXXD
 
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