a mí me gustaba desayunar en el bar. no lo hacía nunca en mi casa. cuando curraba en el ratillo que te dan para tomarte el café, y los fines de semana me molaba levantarme pronto, dar una vuelta y desayunar en el bar leyendo la prensa con toda la parsimonia del mundo: una barrita con tomate y café con leche. durante una temporada en vez de tomate lo tomaba con salmorejo. si me levantaba golosa un croissant a la plancha con mermelada
para mí uno de los placeres de la vida.
ahora desayuno en mi casa café con leche y cereales, siempre.