Es que no se.. por más que le dé vueltas..
Yo entiendo que la mayoría no pueda ni quiera comparar a una persona con un animal.. que le den más importancia a una vida humana, vaya. Si se está ahogando una persona y una mascota, entiendo que (si hay tiempo para pensar), uno llegue a la conclusión de que perros hay muchos y a la persona en sí nada lo reemplazará.
Yo pasa que no lo veo así. Ni se puede reemplazar a una persona, ni a una mascota. A principios de años me mataron a un gato (sí, me lo mataron, pero no puedo probarlo).. Dije que no iba a tener más animales, a parte de los que ya tengo, porque ese gato ha sido de lo más especial que ha pasado por mi vida. Nisiquiera las personas más cercanas a mi lograron aportarme la tranquilidad y la armonía que me aportaba ese gato. Yo no he tenido unos años muy buenos recientemente, y ese minino llegó en el peor momento, psicológicamente hablando, por el que yo estaba pasando, y fue como un terapeuta para mi. Me tuve que preocupar más por él que por mí misma, porque tenía una enfermedad... Me dispuse a trabajar para curarle (yo estaba en el paro y llegaba justa a fin de mes), superando mi pánico a salir a la calle que tenía en ese momento.
Al caso.. Aunque dije que se habían acabado las mascotas para mi, encontré a otra en medio de la carretera, mismo punto donde hacía unos años había encontrado al que murió. No podía dejarla ahí, y la recogí. Y ahora han pasado unos meses y me doy cuenta de lo errada que estaba.. Esta nueva gatita no es un reemplazo: es un ser con su propia personalidad, con su comportamiento, con su manera especial de pedirme mimos o comida, y reacciona diferente a los mismos estímulos.
A lo que quiero llegar es a que, ni los animales ni las personas, desde mi punto de vista, son seres reemplazables. No me pueden dar el argumento de que los humanos son más importantes por ser únicos o más complejos. Tampoco me vale que haya más gente que potencialmente los pueda echar de menos. Mi sufrimiento ante la pérdida de mi gato persiste, y persistirá, igual que con la muerte de mis abuelos, o de un amigo, o de una tía, porque era tan parte de mi vida como ellos (con la salvedad de que quitando muertes repentinas o enfermedades, los animales suelen acompañarnos menos camino). Es como si a alguien se le muere un hijo y tratas de consolarle diciéndole "pues ten otro".
No sabría elegir, ni haría distinción, entre salvar a un animal o a una persona por eso. Pero si hablamos de una mascota propia y un desconocido, pues me guiaré por los lazos que me unan.. No porque crea que es lo correcto, si no porque en esos momentos actúas, no razonas, y lo lógico es elegir algo que te afecte en lo personal, aunque resulte egoísta objetivamente hablando. Nadie reemplazará a ese ser humano que he dejado ahogándose, y me lloverán granadas por todas partes, seguro. Pero prefiero llorar la pérdida de un desconocido, a perder parte de mí.
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