El amor carece de toda estrategia. Es sentimiento, emoción, y enormes dosis de egoísmo. El residuo de una relación que se quemó se manifiesta en la sensación desagradable y angustiosa de que eres -y serás- "importante" para alguien que te dejó de querer y que te demuestra día a día que le importas un pepino.
Pretender cambiar, transformar, hacer estrategias, no sirve de nada. El contacto cero para pretender cambiar a la otra persona otro puro engaño. Al dejar a alguien NO se aspira a nada. Otro pensamiento engañoso es pensar que esa persona se "arrepentirá" y que habrá dejado a escapar a alguien bueno; hasta el punto de lamentarlo, en mayor o menor medida. Creo que esos pensamientos son también falsos. Aferrarse a la apetencia de ser querido por alguien que se marchó alarga la agonía; te hace esperar a quien no volverá. Es mejor asumirlo: no somos nada. No somos nadie.
No, no te quiere. Si no te quiere como tú quieres que te quiera, no te quiere en absoluto. El producto de ese no querer es sufrimiento, por creer que hay algo más. Y lo peor es que es sufrimiento creado por ti.
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