Iniciado por Eroa
Pues la verdad a mí a veces, y sí me uan puesto los cuernos, me revienta la superioridad moral. No porque no haya personas que no la tengan (yo nunca he puesto cuernos, y he tenido oportunidades), sino porque parece que ante ciertos actos, es como que estás condenado paera toda la vida. Y la gente fuera el juez y señor de la vida de los demás, atreviéndose a dictaminar sentencia: "lo tuyo es tan grave, que ya no hay vuelta atrás".
He visto infidelidades asquerosas, pero de estas de personas metiendo cuernos mensualmente; hasta hacer que la pareja tenga que tomar suplementos de calcio para mantener semejantes cuernos y desviar la órbita terrestre de su tamaño. Esa persona, que cometió esta clase de infidelidad, es una persona muy cercana a mí y a la que quiero un montón; y su comportamiento me pareció asqueroso. Pero en ningún momento me atreví a decirle según qué, porque en todo caso, sí pude decirle que se iba a mater la gran castaña si continuaba así y que era un cobarde, pero lejos de ahí, me callé.
Ahora, también me parece un argumento muy pobre eso de los porcentajes de infidelidades y que la fidelidad está sobrevalorada. No está sobrevalorada, está bajo mínimos y es penoso. No es el acto de infidelidad en sí lo que da pena, es el acto de la poca confianza, cobardía y pocas agallas que hay de parte de las personas para poner fin a los conflictos con sus parejas. Porque pocas infidelidades hay donde se produzcan porque todo va bien y hay ganas de aventura. Muuuchas son producidas porque ya no hay pasión, ya no se desea a la pareja, conflictos enquistados que no se hablan, monotonía y pocas ganas de resolverlo.
Es lo de siempre: es más fácil tener pareja y quedarte con ella para no sentirte solo, y no destrozar todo lo que has construído; que echarle huevos y enfrentarte a lo que, seguramente, sea el fin de tu relación. Pero a las personas nos encanta la comodidad y estabilidad, y poca gente pondrá su estabilidad en juego. ¿Entonces? Cuernos, historias de a dos bandas, calentones que no llegan a nada como válvula de escape.
No sé, el panorama está así. Yo siempre he dicho que paso de estar con una persona por no estar sola, pero bueno, todos somos diferentes y cada cual escoge su camino.
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