Yo es que no le doy tanta importancia a la infidelidad, de manera que podría perfectamente perdonarla. De hecho, pienso que hay cosas mucho más importantes que la fidelidad para sostener una determinada pareja en pie y que funcione. Obviamente, no me gustaría que me fuesen infiel (como no me gustan muchas otras cosas), y preferiría, claro está, no enterarme (por eso de ojos que no ven, corazón que no siente), pero en mi caso no sería, ni mucho menos, motivo de ruptura. Además, yo también he sido infiel, con lo que pensar de otro modo hubiera sido pecar de hipocresía o, cuando menos, aplicar la ley del embudo. En definitiva, que pienso que la fidelidad está sobrevalorada y que, por consiguiente, la infidelidad no es para tanto. De hecho, si dicen que entre las clases medias y medias-altas el porcentaje de infidelidad supera el 70%, será que no es tan perverso, digo yo. Eso sí, se impone un mínimo de discreción para que la otra parte no se entere o no sufra (al menos yo, como ya he dicho, soy de los que preferiría no enterarme, a ser posible).
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