Hola,
Probablemente este sea uno de mis últimos mensajes, o si vuelvo a escribir en este hilo, utilizado como diario personal, sea de forma más dilatada en el tiempo.
Llegué de nuevo a mi lugar de residencia hace diez días aproximadamente. He pasado unos días aquí tranquilo, disfrutando de la playa, la piscina, el deporte e incluso de las tareas laborales.
Hace un par de días ella se puso en contacto conmigo con la intención de que la recogiera en el aeropuerto en un par de días. Lejos de sentirme ilusionado o con una luz de esperanza me sentí hastiado. No inició la conversación mostrando interés en cómo estaba, que tal las vacaciones o iniciar una llamada telefónica, que con la ausencia de roaming en Europa vale lo mismo que una llamada nacional.
Le dije que no había problema y que así le llevaba su coche.
Ayer ella vino por la tarde-noche. Por la mañana me volvió a preguntar si podía recogerla, así sin más. Le respondí que ya habíamos hablado de ello. Creo que ella me notaba un poco cortante o poco comunicativo.
La verdad es que me sentía decepcionado con ella, con su actitud, con todo lo pasado y con sus formas. No le guardaba rencor pero si cierto enfado por todo.
Fui con desgana y con ausencia de esperanza en que sucediera algo. Aparqué su coche reparado por mis manos en el aparcamiento y la espere durante 15 minutos puesto que el vuelo venía con retraso.
Mientras estaba sentado ella me vio y yo la vi, la levante, nos dimos un beso en la mejilla y un tímido y corto abrazo. Le ayude con una maleta, y hablé con ella cordialmente. Me dijo que estaba cansada por el viaje, que fue largo y con escala.
Yo llevaba la iniciativa en hablar, de forma cordial, desenfadada, y sin hacer mención a cualquier tipo de emotividad.
Fuimos a mi casa para que recogiera la ropa sucia que se dejó, incluyendo su bragas. Ella no recordaba haberlo dejado. Pero da igual.
Le preparé un café acompañado de un dulce traido de un pueblo de uno de mis viajes. Conversamos sobre las vacaciones, yo llevando la iniciativa porque a ella la encontré cansada y con una sensación de que tuviera temor a mi reacción o mi comportamiento.
La acompañé a su coche, me despedí y se marchó.
Personalmente me encuentro traquilo, dormí bien, desesperanzado y desilusionado con las relaciones sociales, con el mundo y con la gente en general. Pese a mi desilusión, acepto esta realidad.
No tengo ningún plan, ningún proyecto, solo en el trabajo, en viajar un poco, en el gimnasio, en la playa y en seguir caminando por la vida.
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