Cita:
Iniciado por heart
Buenas!
Mi "amiga" de la infancia se casa me ha invitado a su boda. La conozco desde los 10 años y yo tengo 30 y tantos.
A mi me tocaría ir sola a la boda y allí conozco gente pero es de la infancia que no acabo muy bien la cosa que conste que pasaron los años ya somos mas mayores, tenia pensado pasar y disfrutar con ella su día.
Últimamente nuestro contacto no es muy continuo pero bueno siempre ha sido así luego en el fondo pues siempre estamos la una para la otra.
Ayer me envió un mensaje sobre una aplicación de la boda. Yo aproveche para decirle que si iba hacer despedida de soltera?
Me dijo que ya la hizo.
Me sentó fatal porque yo como amiga pues me hacia ilusión estar con ella ese día ademas me parecía buen día para aprovechar, conocer a sus amigas y sentirme mas integrada en la boda.
Se lo dije que pensaba que iba contar conmigo, dice que soy injusta que lo organizaron sus amigos. Yo le dije que normalmente la novia da los números de los amigos que quiere que asistan. Ella me dijo que tenia razón pero como no ando muy bien de salud pensó que era mejor que no fuera que no me quería comprometer. Yo estoy triste y ella esta cabreada de que yo me sienta así.
Necesito una opinión neutral que os parece?
|
Las despedidas de solteros son prescindibles. Hace años acompañaba, entre otros, a un amigo disfrazado de no-sé-qué por las calles de Salamanca y a un amigo vestido con peluca más faldas, en un pueblo castellano del Valle del Esgueva. El primero se lo pasó bien pero éramos una panda de notas de mucho cuidado. El segundo se sentía algo incómodo porque en un pueblo como que te conoce todo el mundo. Luego está ese típico amigo gracioso que inventa sorpresas y faenas para martirizar al novio.
No te pierdes gran cosa. Aparte, las veces que he ido se comía y se bebía como si fuésemos vikingos venidos a menos. A las mujeres que he visto de despedidas tampoco las he visto en un estado del todo saludable. Una vez me crucé con un grupillo en las que estaban ciegas perdidas, bailando con todo el mundo. A una le daba por tocar los pompis masculinos ajenos. Lo mismo era la novia. Todo un poema.
Si se trata de hacer cosas grotescas, esa es tu fiesta. Yo no sé si perdía la salud entre copazos de ron o por efecto de la alergia primaveral, pero amanecí hecho polvo.
Aún con la sospecha de que esos ex amigos hayan influido, lo mismo se marchó a celebrar el ritual en otra localidad y pensó que te podría fastidiar la salud porque de veras que algunos hacen unas burradas increíbles esa noche de juerga, incluyendo aventuras por el monte. Ante la duda, cede a favor de ella, que es tu amiga. Creo que es justo.
En cuanto a la molestia de los ex amigos, pues creo que el tiempo no pasa en vano. Haría falta estar resentido si se despiertan rencillas del pasado o reproches entre dientes, a viva voz o en forma de dardos envenenados; con lo cual, la velada transcurrirá en esa fría distancia semiamigable, de sonrisita forzada, y demás chuminadas sociales típicas. Eso garantizará una satisfactoria boda a la agraciada.
Modo Hilado