Dicen los viejos del lugar, "que no hay cazador que no mienta ni escopeta que no falle". El temido gatillazo, esa bajada a los infiernos (a veces momentánea, a veces definitiva...) cuando uno iba camino del cielo
, es más frecuente de lo que se acostumbra a reconocer por el personal.
A quien más y a quien menos, le ha ocurrido en alguna ocasión y su origen (salvo problema físico que lo justifique) opino que siempre está relacionado con el miedo, con ese estrés que se puede apoderar de uno de no estar a la altura, pánico a "fallar". En el peor de los casos, puede también estar relacionado con la falta de interés.
Depender de un medicamento no es precisamente el camino a recorrer cuando no exista una causa que justifique su uso. Todo esta en tu cabeza, tanto el problema como la solución.