Me parece todo muy tóxico.
Él se enfada, te hace el vacío; lo solucionáis, pero está distante, habláis, pero quedan resquemores. Te la devuelve (o no, porque quizás son imaginaciones tuyas), te molesta. ¿Qué está pasando ahí? ¿De dónde salen esos resquemores, ese dolor encubierto? ¿Por qué no os transmitís los sentimientos claramente?
Hay un problema de comunicación. Este tipo de cosas desgastan mucho: una relación donde hay menos sonrisas que llantos es una relación condenada a la amargura.
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