Es normal que ante situaciones de estrés, la libido baje.
También sucede que a medida que una pareja se consolida, la efervescencia sexual va también disminuyendo, sin que eso implique que disminuyan también los sentimientos. No se puede pretender mantener para siempre la fogosidad de las primeras semanas.
Por otro lado, una frecuencia sexual de una o dos veces por semana tampoco es tan escaso, sobre todo si, como dices, él entre semana llega muy cansado del trabajo.
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