Cita:
Iniciado por Palunaye
Primero de todo, decir que este problema me lo está haciendo pasar bastante mal así que agradecería que las respuestas tuvieran tacto y empatía.
Tengo mucha rabia interior (como indica el título del tema) dentro de mí por las cosas negativas que me pasan con la gente (insultos, pollos injustos, bromas ofensivas, acusaciones falsas, injusticias...) y ya tengo la bomba a punto de estallar, no sé cómo sacarme toda esta mierda que tengo dentro de mí, me pasa que me cuesta expresar mis emociones, no pongo límites a los demás y no sé afrontar muchos conflictos, mi "modus operandi" cuando me critican no justamente suele ser o ser inhibido o rebatir/defenderme, lo cual no es muy útil que digamos.
Como digo lo estoy pasando muy mal y temo explotar en un sitio público así que creo este hilo para que se me den consejos constructivos y para que alguien que haya pasado por lo mismo y lo haya superado me diga como lo hizo ya que para mí es un problema que me mata poco a poco por dentro.
|
Entiendo la rabia que crece en nuestro interior por la incapacidad de defendernos. En la escuela sufrí de Bullyng por no poder socializar adecuadamente ya que padecía de Fobia Social. El hablar me causaba martirio, ansiedad y trastornos. Esto más que nada fue un efecto a consecuencia de la violencia intra-familiar que viví.
Cuando toca el límite de nuestras capacidades explotamos o en el caso de las mujeres en su mayoría implotamos: es decir, que el daño nos lo causamos nada más a nosotras en lugar de quienes nos rodean que es el efecto colateral de la explosión. En pocas palabras,
me hice una suicida.
Mis intentos fueron fallidos en la que aumentaba mi tristeza y desolación. Mi deseo de desaparecer, de ser nada, coqueteando con la muerte en más de una ocasión como vil amante que no supo aprovechar las veces que me entregaba en sus brazos posponiendo mi encuentro a su morada solamente me hacía sentir más patética de lo que ya estaba.
Una revelación así como una luz entre las tinieblas que fue capaz de penetrar el profundo agujero que yo misma había cavado en la que simplemente me cuestione: -
"¿Porqué nos ponemos tristes de la nada? ¿Porqué no nos ponemos felices de la nada?" -. Es difícil salir del pozo, lo peor es que por más que uno se esfuerce por trepar cada resbalón te devuelve de nuevo al fondo. No es una cuesta arriba, es mi esencia opacada en un vacío existencialista.
Muchas veces la causa de cualquier malestar depende más de nuestros propios pensamientos que de las circunstancias que nos toca vivir. Y somos nosotros, de manera consciente o inconsciente, quienes decidimos en qué pensar. Nuestra realidad personal es, entonces, nuestra propia invención.
Así que decidí ya no más estar triste, ya no más llorar por las mañanas, ya no más lamentarme por no sentirme querida y amada. Simplemente salí de mi agujero de la depresión para aceptar los rayos del sol de la gratitud, de vivir de manera consciente el "aquí y ahora" decretar que ya estoy bien y simplemente disfrutar, no hay condiciones previas ni metas a cumplir para alcanzar la felicidad.
Si queremos que algo cambie, debemos cambiar nuestras emociones. Así, si queremos que algo nuevo se manifieste en nuestras vidas, debemos cambiar nuestra actitud frente a esa nueva situación. Debemos sentirnos completamente merecedores de eso que anhelamos y debemos experimentar bienestar y gratitud, tal como si lo deseado ya se hubiera concretado.
La realidad puede sorprendernos en cualquier momento con hechos inesperados que encierran nuevas y milagrosas oportunidades. Luego, si nuestra mente está serena pero alerta, es decir si nos sentimos bien y con un elevado nivel de consciencia, podremos reconocer y aprovechar esas nuevas posibilidades.
Y cuando todo esto ocurre, cuando nuestra actitud emocional es la adecuada (
porque nos sentimos merecedores, felices y agradecidos), también experimentaremos el entusiasmo necesario y descubriremos en nuestro interior la energía y los talentos requeridos para llevar adelante cualquier proyecto. Y entonces, recién entonces, tal vez sí tengamos que trabajar duro por algún tiempo.
Las emociones que experimentamos con mayor frecuencia van "modelando" nuestra realidad. La primera conclusión útil que podemos extraer es que si queremos cambiar nuestra realidad lo que tenemos que cambiar son nuestras emociones.
Los ejercicios que hago en mi libreta es hacer contacto con mis sentimientos. Siempre y cuando los practique de manera que me conduzca a experimentar un cambio profundo y duradero en mis emociones.
Teniendo un verdadero compromiso por cambiar de actitud.
Los ejercicios no son un fin en sí mismos. Si hago afirmaciones positivas, por ejemplo, la meta no es llenar todo un cuaderno con
frases bonitas, cargadas de las mejores intenciones. El verdadero objetivo es experimentar realmente lo que esas afirmaciones proponen, es hacerme sentir completamente merecedora de cada situación o aspecto positivo que esas afirmaciones describen, es ayudar a desarrollar el hábito de sentirse bien, de experimentar gratitud… es permitir cambiar las emociones más frecuentes. Porque…
...si no hay cambios reales y duraderos en nuestras emociones, no habrá cambios reales y duraderos en nuestra realidad.
Aprender a sentirse de otra manera, a enfrentarse con otra actitud ante la vida y ante las demás personas. Es reconocer nuestra verdadera naturaleza. Es aprender a vernos como los seres maravillosos que realmente somos, merecedores de todo lo bueno que seamos capaces de imaginar, a quienes se les ha concedido el milagroso poder de crear su propia realidad.
Así que, esa inestable chiquilla que se trastornaba simplemente por querer hablar comprendió
el Poder de la Palabras. En las que siendo astuto como un zorro puedes responder insultos de manera idónea. Las que uso por supuesto es el sarcasmo pero este lo hago tan sutilmente que no requiere que me responda como los monosilábicos que es una resolución ahorrativa de energía especialmente adecuada para personas que no quieren tener enfrentamientos. La replica monosilábicas no debe estar acompañada de más palabras aunque queramos estar tentados de usarlas.
Yo no hago lo que no quiero que me hagan es por eso que a mi adversario no pretendo que con mis contestaciones le produzca rabia. Su acción que es para ofenderme, rebote en mí, es por eso que en ocasiones respondo con carcajadas. Esto los desubica porque no saben de que te ríes si lo que dijeron fue tan gracioso o no entendiste el insulto. En lo que ellos tratan de averiguarlo yo en murmuros digo: -
"idiota, que estupidez, que bruto," o mi favorita que los desconciertan diciendo: -
"es verdad"-.
La clave para estas respuestas ingeniosas es
NO tomarlo personal. Si se tiene odio o resentimiento es aprender a calmarlo, que no tiene nada que ver con nosotros pues hay gente que es así, queriendo ser el chacotero con hacernos quedar mal. Se revierte sus burlas no victimizándonos, sino ser un poco más áspera con las respuestas.
Esto por supuesto, se consigue con una autoestima sana, que es la de reforzar la confianza en uno mismo para atreverse a hablar y defenderse sin llegar a un enfrentamiento con consecuencias graves como el de hacer que el adversario se convierta en un enemigo. Las acusaciones falsas y las injusticias se hace sabiendo estar en calma ante la crisis. Esto se logra afrontando conflictos. Para afrontarlos es la de no tragar todo lo que te molesta en la que recomiendo saques todo eso con un Terapeuta o como bien te indico Dspectabilis.
Medios siempre hay para resolver lo que nos aqueja, en que decidas tomar riendas de tu vida para querer mejorarla y desarrollándote como persona. Porque si nada haces nada resuelves quedándote estático alimentando tu rabia interior listo para explotar.