Usuario Experto
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Yo no soy psicóloga, pero me dedico a temas similares y en concreto en lo que respecta a las rupturas. También he pasado por el proceso de cambiar mi propio patrón afectivo (similar al que comentas). A mí me llevó años.
Lo que cuentas es super habitual. En estas relaciones que describes parece que siempre hay una víctima (la que no recibe el amor que esperaba de su novio-padre) y un victimario (el huidizo). En realidad, los dos son víctimas.
Los padres evasivos y fríos dan dos tipos de modelos afectivos: o el que resulta evasivo y frío, o el ansioso dependiente de afecto, que sería quien adoptase el rol de la madre (normalmente las hijas).
Los hijos resultado de este modelo afectivo tienden a buscar parejas que reproduzcan la relación que vieron en su casa. Es decir, el "frío" buscará a la adicta amorosa, la adicta amorosa buscará al frío. Obvio que todo esto es a nivel inconsciente.
Ambas personas son dependientes. No se unen por amor. Se unen para obtener algo que les falta del otro y son relaciones que normalmente acaban por fracasar y lo de fracasar es relativo, porque el verdadero fracaso sería seguir prolongándolas y negarse a un cambio personal que rompería el modelo afectivo tóxico y conduciría a obtener relaciones bajo un prisma distinto y más satisfactorio.
Es curioso: estas personas no tienen miedo a sufrir, tienen miedo a amar.
A fin de cuentas, todos tendemos a reproducir lo que hemos visto en casa, es nuestra educación emocional básica. Aunque esto nos meta una y otra vez en relaciones que nos generan sufrimiento, es nuestra zona de confort.
Preguntas, qué es lo que se puede hacer en estos casos.
Bueno, las personas tenemos un potencial para el cambio espectacular. Lo que lastra siempre es el miedo.
El cambio inicia desde el mismo momento en que la persona es consciente de lo que le ocurre. En cuanto sabe de qué falla y se responsabiliza, las cosas ya empiezan a moverse.
Quien tiene este patrón afectivo, lleva consigo un vacío amoroso. El problema que tiene, es que piensa que dicho vacío lo conseguirá llenar cuando sea amado por su padre (o novios sucesivos cortados por el mismo patrón). En realidad, el vacío sólo se llena cuando esta persona consigue amar.
Verás que hay muchas personas que permanecen como están, mientras esperan que llegue el príncipe azul o la princesa encantada para que de repente todo se solucione y alguien extraordinario y especial les dé lo que siempre les ha faltado. Esto en psicología se llama "el pensamiento mágico". Obvio que dicha persona no va a llegar nunca -más que nada porque los seres encantados sólo están en los cuentos- pero con esta formulación,nos protegemos del cambio.
Esta es la parte complicada...¿cómo se consigue amar? Pues todo inicia por amarse a uno mismo. Aceptar quién es, no reprimirse, enfrentarse a sus debilidades y sus necesidades, dejar de culpabilizar a los otros, y todo esto requiere mucha soledad, muchas lágrimas y también lucha interior. Porque la persona que padece de esta falta de amor propio, tenderá a seguir evadiéndose buscando parejas que le den eso que necesita, logrando como resultado un círculo vicioso del que no puede salir.
A nivel exterior, conviene sustituir la búsqueda de pareja por otras actividades. Es bueno proponerse una "baja sentimental", un tiempo fuera del mercado en el que las energías vayan enfocadas a construir una relación de amor con uno mismo.
Una cosa que yo suelo recomendar bastante es escribir una lista de objetivos para el año que no tengan nada que ver con encontrar el amor. Hacer un deporte, aprender una habilidad, apuntarse a alguna actividad, escribir un blog, tirarse en parapente, lo que a uno le apetezca.
Es bueno hacer cosas solo. Tomarse un café, por ejemplo. Parecen tonterías, pero muchas personas no se mueven si no dependen de un acompañante. Es muy beneficioso desarrollar autonomía emocional.
De tanto en tanto, aparecerán, entre las personas que se van conociendo, hombres o mujeres con ese patrón afectivo que tú reconoces y el que te atrae. En lugar de huir como alma que lleva el diablo o empezar a construirse castillos en el aire, lo mejor es identificar la situación, e incluso tomársela con humor "ufff, aquí están mis neuras de nuevo intentando reconquistar a mi padre".
Observar desde fuera ese proceso interno que lleva a idealizar, ver cómo proyectas tus miedos y tu necesidad de amor y no ser un sujeto pasivo de lo que sucede, sino una persona activa y autoconsciente.
Todo pensamiento de "¿y si es el amor de mi vida? ¿y si pierdo una gran oportunidad?", no proviene de la adulta, sino de la niña falta de amor que se agarra a lo que sea y como dé lugar para seguir repitiendo el modelo que conoce. Son pensamientos limitantes. Los genera el miedo al cambio.
Poco a poco, irá pasando el tiempo y los cambios se incorporarán sin que la persona se dé cuenta. Llegará el día en que se cruce una de esas personas frías que anteriormente le atraían y se da cuenta de que ya no responde con la intensidad de antes. Al contrario, empieza a apreciar las relaciones más equitativas con personas afectivamente más sanas.
Muchas personas proclaman que no han tenido suerte en el amor, porque no han encontrado a la pareja ideal. En realidad tenemos exactamente las parejas que reflejan nuestras carencias. A la pareja ideal no se la encuentra: hay que ganársela. Si quieres atraer a alguien que te quiera, quiérete tú primero.
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