En muchos países occidentales todavía en el fondo sigue sin asumirse la independencia de la mujer, por supuesto haciendo referencia a los países de habla latina y del sur de Europa en general. En Escandinavia y en otros países de lengua germánica, si alguien dice que no ve bien que las mujeres se independicen y vivan solas, que una mujer tiene que casarse y dedicarse a su marido e hijos, lo envían de un puntapié al Magreb o a Oriente Próximo. Pero claro, estos países representan la otra cara de la moneda, el feminismo radical
Nuestros países latinos (al decir latinos me refiero de habla latina, no solo de Iberoamérica) no llegan al nivel de machismo salvaje de los países de cultura musulmana, principalmente porque hemos asumido el sistema occidental de separación de Iglesia y Estado comenzado durante el liberalismo en Inglaterra y Francia en el siglo XVIII, sin olvidar las revoluciones socialistas de principio del XX y la feminista de los 60, pero en el fondo gran parte de la población latina y griega sigue siendo religiosa practicante. Quizás este sea el motivo por el cual en nuestros países todavía siga sin verse bien la independencia de la mujer. En Escandinavia y Holanda la mayoría de la población es atea y eso se nota
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