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Bueno, la verdad es que me da un poco de reparo contar lo que ya he ido desgranando en hilos anteriores, y no es otra cosa que soy tan feo y desagradable que las mujeres sienten hacia mi un impulso asesino y tratan de aniquilarme.
Ya conté lo que me pasó con la chica que conocí en una fiesta con amigos y a la que me encontré tirando la basura y hace tiempo conté lo de los juicios por daños y perjuicios y las cicatrices que decoran mi horrenda anatomía fruto de agresiones por parte de mujeres locas por quitárseme de encima y en los que he sido declarado culpable y sentenciado a diversas órdenes de alejamiento e indemnizaciones a mis agresoras por los perjuicios psicológicos y morales causados por mi persona, aunque de manera involuntaria, pero culpable a todas luces ante los ojos de Dios y de la Justicia. lo último fue la chica del autobús que empezó a insultarme y pegarme hasta que vino la policía y a punto estuvo de detenerme ésa noche, en fin, que mejor no recordar.
Lo último ha sido de ésta misma tarde. Había salido yo a estirar las piernas por el pueblo y he entrado en una tienda de esas de los chinos a mirar un sombrero de esos de paja, para el verano, ya se sabe y he aquí que vienen dos mujeres como de 30 años con sus parejas y se me colocaron detrás y empezaron a insultarme. Una le dijo a su pareja, un chico guapo y bien constituido que me esperasen en la salida y me diesen una paliza, que si lo hacían, se la chuparía y se lo tragaría en el coche. El novio y el amigo me agarraron por los brazos y llevándome fuera de la tienda me iban soltando puñetazos en las costillas. Una vez fuera he tenido suerte, pues ha pasado un cura con sotana, cosa rara que se vea hoy día pero así ha ocurrido y se ha encarado con los dos descerebrados calenturientos. Me ha socorrido un cura y me ha preguntado si quería denunciar a los cuatro.
Tratando de recobrarme del percance le he dado las gracias con la voz entrecortada y los otros cuatro habían aprovechado para huir en un coche, supongo que a montarse la orgía porque darme de hostias pone cachondas a las mujeres y los novios irían también motivados.
Al final he salido corriendo de vuelta a mi casa y me he encerrado a llorar dolorido por los golpes y aún más herido en el alma por los insultos y los comentarios recibidos.
Ahora escribo ésto encerrado en mi habitación y me pregunto hasta cuándo continuará ésto así, hasta cuándo tengo que soportar que las mujeres me odien de una manera tan atroz sólo por no ser lo que a ellas les gusta, de verdad que me entran ganas de matarme. Esto es insoportable.
Mujeres: sois una pu·ta escoria, que lo sepáis... Todas.
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