Un violador no se diferencia mucho de una bestia, se dejan llevar por los instintos, no sienten culpa y carecen de empatía.
Lo de ser monja lo inventas tú, bastaría con que la relación fuera puertas afuera. Y claramente en muchas partes pueden atacar estos enfermos, pero en tu propia casa es más fácil. En fin, sé que es irrealizable, habrá que seguir escuchando historias parecidas, una pena por los niños/as.
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