Esto es un misionero al que están persiguiendo todos los cazadores de una tribu africana, y va gritando:
-¡La he cagao, la he cagao!
Y se le aparece el Señor en una revelación:
-AÚN NO. HAS DE CLAVAR LA LANZA DEL JEFE EN EL PECHO DE SU HIJO.
En eso que se deja capturar y, a la que llegan al poblado, se zafa y en plan muy peliculero roba la lanza al jefe y la clava en el hijo de este. Y Dios se vuelve a aparecer:
AHORA. AHORA SÍ QUE LA HAS CAGAO.
|