No anticipes nada. De veras. No anticipes en lo afectivo y en lo emocional. Cualquier 'desavenencia' así ha de tener un enfoque adecuado y es dar a esa relación por perdida, sin importar si futuro trato entre vosotros marcha a freír espárragos.
Dependes de lo que -presuntamente- decide alguien que se marchó de tu lado y le das un poder inmerecido. El contacto cero lo ha impuesto él con una monserga para tenerte atada sentimentalmente. Ese teatrillo barato, esa 'pequeña crueldad', típica, previsible, donde se promete un 'regreso'
de-lo-que-sea, pedir 'un tiempo' o hacerte ver que te está haciendo un favor no tiene otro motivo que el de limpiar su propia conciencia. Y ha surtido efecto, pues no volvió a asomar el morro.
Aprovecha la distancia y abraza el desapego. No habrá segunda parte, en absolutamente nada. Lo que él vaya a hacer -o no hacer- dejó de importar. Se volvió un desconocido.