Suicidio y amor

Danteojos

A lo largo de mi vida profesional he tenido que asistir a un buen número de levantamientos de cadáver derivados de suicidios. Afortunadamente, desde hace algunos años, salvo que existan indicios de violencia externa, ya no es necesario que vaya la comisión judicial en este tipo de casos, bastando con que lo haga el médico forense. La verdad es que resulta muy triste ver cómo hay gente que se quita la vida por su propia mano, y entonces uno no puede evitar preguntarse a qué extremos de desolación se debe llegar para adoptar semejante decisión drástica, para la que ya no existe marcha atrás. Recuerdo casos especialmente impactantes, como el de aquella chica de dieciocho años que llamó minutos antes a sus padres para decirles lo mucho que les quería, pero que se iba a tirar al metro; o el de un abuelo que dejó una emotiva carta de despedida donde en resumidas cuentas venía a decir que prefería la soledad de la muerte a la de la vida.

Resulta en todo caso curiosa esa convicción que pasa por la mente del suicida y que le lleva a optar por su propia destrucción, a veces incluso de manera repetitiva y obstinada. Ahí está por ejemplo el caso del poeta Ángel Ganivet, que con poco más de treinta años se arrojó desde un barco a un río helado para morir en sus aguas, consiguieron no obstante sacarle y salvar su vida, pero al primer descuido de sus salvadores volvió a arrojarse para, esta vez sí, morir definitivamente. También llama la atención el caso de la poetisa argentina Alejandra Pizzarnik, quien tenía tan clara su esencia suicida que llegó a anotar en su diario: “no olvidar suicidarme”, y no lo olvidó: con apenas 36 años se quitó la vida ingiriendo una letal dosis de barbitúricos.

El caso es que, si las estadísticas no mienten, en España se quitan la vida ocho personas cada día, lo cual convierte al suicidio en la forma de muerte más frecuente, por encima incluso de los accidentes de tráfico.

Y también dicen esas mismas estadísticas que es el amor, o más concretamente el desamor, el detonante principal en la mayor parte de dichos suicidios. El amor, ese sentimiento tan sublime, tan majestuoso, tan excelso, tan imponderable…, convertido por arte de la desesperación en la negra puerta de acceso a los vastos jardines donde impera el último de los silencios, transformado de este modo en algo monstruoso, a la manera de un afable doctor Jekyll metamorfoseado en el cruel y sanguinario mister Hyde.

Es aterrador en cualquier caso cómo el alma de estas personas, cegada por la desesperanza, se deja finalmente llevar por ese impulso arrollador al que le lleva haber llegado a la terrible y desoladora conclusión de que vivir ya no sirve para nada.

Curiosamente, en la película “Qué bello es vivir” aparece un ángel que salva al suicida James Stewart, pero la mayoría de las veces los ángeles están de vacaciones.

Sed felices.

Syfo-Dias

Para que se desencadene un fuego son necesarios tres elementos: un comburente (el oxígeno), un combustible (la materia que arde) y un foco de calor que eleve la temperatura del segundo hasta que la reacción con el primero provoque las llamas.

En el caso del suicidio los elementos son los los mismos: un comburente, o medio (una vida desgraciada, carente de afectos); un combustible, en este caso por defecto, como la inaptitud para afrontar los vaivenes vitales (ya sea provocado por falta de recursos mentales y espirituales, ya sea por una depresión o cualquier otra enfermedad del cuerpo mental), y un foco de calor que tú mencionas y que se llama desamor.

Cuando alguien se suicida por desamor realmente éste no es la causa principal de una decisión tan fulminante, sino el gatillo que dispara la bala. Ante la imposibilidad de hacer frente a una vida desgraciada y la asunción de la pareja como único salvavidas, su carencia hace que la persona se vea perdida y en una situación desesperada. El miedo al futuro hace el resto.

Los métodos profesionales (psicología, estadística, medicina, criminología) de prevención del suicidio suelen fallar porque sólo tratan esos focos de calor y, en menor medida, el combustible, pero no la realidad de la vida desgraciada de la persona que atenta contra su propia vida. Son medios, además, muy intermitentes, escasos y con frecuencia tardíos en su aplicación.

Esto nos llevaría muy lejos, para determinar cómo es posible que podamos consentir que la vida de otros sea desgraciada, o qué dejamos de hacer en muchos casos. Pero sí se puede hacer algo a los primeros síntomas que anticipan la posibilidad de un suicidio: acompañar a la persona de manera activa para ir eliminando las circunsatancias que le pueden llevar a cometerlo.

Los suicidios vienen casi siempre precedidos por una depresión. Por lo común, ésta no tiene tintes tan trágicos, pero es un buen indicador. Hay que observar muy bien si gente de nuestro entorno está en manos del perro negro, porque muchas veces no resulta evidente a simple vista. Y después acompañar, ejercer de hermano, de pareja, de amigo o de familiar con todas las consecuencias. Buscar ayuda profesional, no dejar sola a la persona, tratar de ofrecerle alternativas,... hay mucho trabajo que hacer.

Ahí es donde fallamos, en esta sociedad tan individualista y descarnada nuestra...

Argus

La verdad que eso ocurre en muchos caso cuando te deja alguien que amas y es todo para vos,el dolor que ocasiona es insoportable,la tristeza de cada momento,es como si estas muerto en vida ,mi ex fue la que me dejo 1 mes atras y se quizo quitar la vida,dijo que ya no le quedaba nada,por suerte a la distancia pude hablar con su padre e impidio que prenda el coche para estrellarse contra un arbol,al final dijo que intento eso porque se sentima demasiado cobarde que no sabria como vivir sin mi.

Zeus6

Todos ellos probablemente habrán pisado y vivido en un cielo bajo el influjo del amor, y habrá surgido la desesperanza y el desasosiego al sentirse desterrados de tan fabuloso paraíso, quizás acobardados, quizás desesperados al no ser capaces de sentirse fuertes o capaces para enfrentarse de nuevo a la vida "mortal", "descolorida", "insípida y sórdida, para volver al lugar del que se sintieron una vez liberados para siempre,..Hay quien con las alas de Icaro se acercó demasiado al sol...

Creo que son estados obnubilado de la mente, una "locura temporal" , lo suficientemente prolongada, como para evitar lo que se puede hacer en un breve lapso de tiempo...También puede ser una forma de cobardía o agotamiento.

Diazepam

Los suicidios por amor, en realidad no son por amor, es decir, no es que suiciden porque han perdido a una pareja, sino porque esa pareja tapaba una serie de problemas ya existentes que al terminar la relación, emergen con mucha más fuerza.

El suicidio, dicen, es de cobardes y sin embargo, no se me ocurre un acto más difícil que ir en contra de todo tu instinto y quitarte la vida.

Kramer

Interesante reflexión.

No quiero ni soy capaz de imaginarme como se debe de sentir una persona para llegar a la decisión de quitarse la vida. Tiene que ser horrible.

Sand

Más que el amor, creo que se suicidan por la soledad y flata de autoestima, apoyar toda tu vida y espectativas en una persona es una decisión bstante riesgosa, pues nunca se sabe las vueltas que da el destino y nunca puedes estar seguro de su permanencia. Todo está jodido y no nos queremos lo suficiente a nosotros mismos, nos aislamos de la familia, tenemos miedo de mostrrar lo que sentimos ante otros para parecer fuertes fuertes y una sola persona no puede curarnos de todas nuestras taras

Zeus6

Al fin y al cabo las elecciones se sospesan en una balanza de juicio, y quizás para ellos es mas deseable poner fin a todo, por miedo, hartura, agotamiento cansancio, e incluso venganza, que enfrentarse conscientemente a todos los diablos e infiernos que le atormentan, y que se escoge en un rapto súbito y desesperado, es la salida drástica de poner fin al mundo y a la "vida"..quizás para el resto de la gente desde su perspectiva se requiere mucho valor, para ellos se requiere mas valor y valentía seguir viviendo,,creo que el suicida padece en esos momentos algún trastorno transitorio como para cometer eso..

Ginebra

Será asi en algunos casos, pero no en todos, si hay gente que se suicida por amor al perder a su pareja, simplemente no pueden vivir con ese dolor, la prueba está en la gente que al morir su pareja no conciben ya la vida sin ella y se la quitan, ahí no caben problemas existentes que emergen con más fuerza, ni razones rebuscadas, simplemente su vida se terminó cuando se fué su amor.

Danteojos

Mi opinión es que las razones que empujan al suicidio son demasiado complejas como para pretender constreñirlas dentro de unos determinados límites. En realidad, creo que sólo el suicida sabe ciertamente el verdadero motivo que le impulsó a tomar tan drástica decisión.

Churro26

Sinceramente, se me pasa muchos dias por la cabeza, y ya se han suicidado dos compañeras de aula mias, una del colegio y otra del instituto, mi hermana se intento suicidar con 15 años y fue un intento serio, con lavado de estomago...

Es algo cotidiano, la verdad, creo que lo que mas desesperanza me crea es el standard de vida feliz que la sociedad te exige y que a mi no me llena nada...

Contra el suicido, lo mejor es un poco de esperanza, aunque sea lejana, sinceramente, en mis peores dias recuerdo siempre quien me ha ayudado...

Y bueno... aquí sigo... con mi vida fracasada, buscando refugio en pequeñas cosas.

Lo que la gente no entiende, es que alguien sufra dolor, y te digan que es porque quieres, y la manera de terminar con el dolor, es morir, es como el torturado que suplica que lo maten... debeis entender el nivel de sufrimiento que se alcanza, y drogarse para alcanzar la felicidad química me parece patetico, cosa que hice con 20 años, te drogas y eres feliz por unas horas, pero eso no es un arreglo ni es nada.

Yo intento agarrarme a lo que puedo para seguir adelante...

Diazepam

En ese caso hablaríamos de personas cuya vida es completamente dependiente de la existencia de otra persona, con lo que llegamos a lo mismo: previos vacíos, carencias, problemas y estancamientos vitales.

Sé que suena menos romántico, pero en fin, recordando a Erich Fromm "Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica o un egotismo ampliado".

Elocin

Yo creo que en lo que se debería trabajar, más que en acompañar a una persona de manera activa, es a darle las armas para que haga frente a ese sentimiento de soledad, a ese perro negro, como lo llaman y que tanto pesar me da reconocer su significado.

Obviamente al principio sí hace falta esa muleta, siendo un amigo y compañero de viaje, sumandole ayuda profesional. Pero llega un punto que aunque tengas a alguien a tu lado que te guíe e intente alejarte de la negrura, la negrura está dentro de uno mismo.. y sólo uno mismo puede salir de ella, enfrentarla, y ganar la batalla.

Yo siempre he pensado, como aquí se ha dicho, que el suicidio es de cobardes, que no entendía cómo es posible que a alguien se le pase por la cabeza algo semejante. Pero digamos que por "designio divino", se me ha mostrado esa parte de la realidad.. Y no créais que hace falta "mucho" para llegar a plantearse algo así. Hablo de plantearlo, que luego dar el paso es otro cantar. Pero pensarlo, y recrearse en ese pensamiento, por desgracia es más habitual de lo que muchos creen, o creíamos.

En mi caso creo que esos pensamientos me asaltaron simplemente ante la premisa de imaginar una vida sin ningún sentido, en la cual el resultado, hiciera lo que hiciera, iba a acabar derivando en la muerte sí o sí. No hay más, todos morimos.. pero aceptarlo y disfrutar del "mientras tanto", es otro cantar. Y si le sumamos que el disfrute, en determinado momento, no se ve posible.. uno piensa, "¿para qué esperar?". Es contra ese tipo de pensamientos contra el que hay que luchar, y aunque haya personas que puedan contagiarte de positividad o buenos consejos, la luz y la tranquilidad tienen que partir de uno mismo. Creer realmente que hay muchas cosas por las que seguir aquí, superando los obstáculos.

Al final, hagamos lo que hagamos, vamos a morir. Y quizás no tengamos una vida memorable, que nos haga perdurar en el recuerdo de un millón de personas.. y aunque así fuera, muertos estaremos ¿qué más da?. Y sí, quizás alguien nos recuerde, por formar parte de nuestra vida.. nuestros hijos, nuestros nietos, algún amigo... hasta que éstos también desaparezcan. Hay que entender que ESE no es el sentido de nuestra existencia.. es otro, y lo marcamos nosotros mismos. Son quienes no sienten tener ningún propósito, los que se plantean dejar de existir. Lo que debemos hacer, cada uno y por nuestra cuenta, es encontrar nuestro propio sentido de la vida..

Yo aún no lo encuentro, pero sé que por ahí andará y sabré descrifrarlo. Me pongo eso en la cabeza, y es suficiente para querer vivir un día más y así descubrirlo.

Espero que si alguien más anda con el perro negro, tan fiel (por desgracia) y tan imponente, pueda atarlo corto con una correa de pensamientos positivos y buenos propósitos, hasta que quede domado por siempre.

Rubi86

Es una pasada, no sé qué llevará a alguien a quitarse la vida cuando tiene todo por delante. Yo me he llevado palazos en el amor, pero de ahí a eso. Jamás se me ha llegado a ocurrir siquiera.

Lo que sí que dicen es que por cada mujer que se suicida lo hacen 3 hombres.

usuarioborrado

Yo pase por ello a los 15 años pero no por amor , si no por rechazo aunque quise suicidarme no lo intente.
Lo tuve en la cabeza durante un tiempo pero pensé muy bien las consecuencias , y mas tarde me daría cuenta que no vale la pena quitarse la vida.

Creo que esto sucede por le damos mucho peso a las cosas negativas y no le damos importancia a lo que si nos gusta de nuestras vidas , y a aquello que si tenemos , aprendí a valorar lo que tenia. A pesar de la negatividad que tengo hoy en día.