Es totalmente respetable la decisión de no tener hijos, las personas somos libres para decidir si queremos o no tenerlos.
Hay personas que son muy felices sin hijos, otras, en cambio, se sienten desgraciadas sin ellos y se dejan buena parte de su patrimonio intentando ser padres, o sea, cada persona tiene unas prioridades.
Lo que sucede en este caso es que cada uno desea una vida distinta, y eso si que puede ser un problema a la hora de continuar una relación.
Él quiere una familia, unos hijos, ella no, por supuesto que uno de los dos tiene que ceder o la relación tiene que terminar, no hay más caminos.
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