Yo creo que has puesto dos ejemplos extremos, el primero que es equivalente al sexo con una prostituta, sin preámbulos al coito y sin preocuparse por complacerla a ella y el segundo en el que se supone que el placer es máximo para los dos.
Pero entre una cosa y otra hay algo intermedio y mucho más frecuente, llamémoslo sexo-amor, que engloba todo lo demás, en el que habrá más o menos preliminares en función del momento y de las ganas de cada uno, en el que no necesariamente los dos disfrutan por igual, situación en la que, si uno lo pasa mejor o peor depende más de las técnicas sexuales empleadas y del talento de cada uno (en pocas palabras, de si uno es mejor o peor amante) que de los sentimientos implicados.
Espero que te haya servido de aclaración.
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