Desde que la mujer empezó a trabajar en masa fuera del hogar y a tener independencia económica respecto del hombre, obviamente, la separación de bienes debió haber sido obligatoria en los matrimonios desde el punto de vista de la Ley de Enjuiciamiento Civil. El régimen de gananciales tenía sentido cuando la mujer no trabajaba y el matrimonio era indisoluble, pero hoy día un régimen de gananciales es más que peligroso. No hay más que ver la cantidad de divorcios contenciosos que hay y no pocos hombres han acabado "debajo de un puente".
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