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Buenas tardes,
escribo mi historia por primera vez en un medio como este. Mi historia no la conoce mucha gente en mi vida real. Espero recibir opiniones.
Tengo 37 años y ella tiene 29. Nos conocimos hace más o menos un año. Desde el primer momento en la relación hubieron muy fuertes sentimientos. Fue como un tsunami de emociones. Ella me decía lo mismo. La mañana siguiente después de acostarnos estábamos desconcentrados en nuestros trabajos.
Nos unía varias cosas en común. Vivimos en un entorno aislado, somos de fuera, ella de fuera de España, y no teníamos mucha vida social ni familia.
Ella tiene un hijo de corta edad. Durante este tiempo aprendí a quererla mejor a través de su hijo. Le preparaba biberones, y hasta trataba de dormirlo en la cama.
Siempre he sido muy protector con ella, demasiado. Si necesitaba algo se lo solucionaba de inmediato.
Nos gustaba pasar tiempo en casa juntos el uno con el otro.
Las primeras semanas no me creía estar viviendo esto. Sexo muy pasional, cariño, amor en su mirada. Era un sueño que vivía y lo calificaba así desde la racionalidad y desde la emotividad del corazón.
Conocí a sus padres con los cuales a pesar de la barrera lingüistica entable buenas relaciones y me sentía muy agusto con ellos. Disfrutaba de su compañía y de la bondad de sus corazones. Ellos me aceptaron y su madre le comentó que yo era buen chico y que no me dejara escapar.
En verano comenzamos a buscar de forma activa casa para irnos a vivir juntos y por ende, formar una familia.
Ella a veces me mostraba muchas ganas mandándome links de casas para que llamara y fueramos a verla.
Fuimos a ver un par de casas este verano de 2017.
En julio compramos billetes de avión para ir a casa de sus padres y acudir a un importante evento familiar. Esto suponía una presentación familiar de mi persona. Sería la primera personas a la que presentaba públicamente a su familia después de la separación de su anterior pareja con el que estuvo 8 años.
En agosto ella tenía problemas en su trabajo y estaba buscando trabajo. Esto le supuso una preocupación. me dijo que ya que en agosto no tenía al niño lo dedicaría a mejorar los idiomas que conoce ya que ella es muy buena en esto.
Lejos de hacer eso la veía estancada, me llamaba diciéndome que estaba intranquila por las mañanas como si fuera a pasar algo malo.
La veía rara ese mes de agosto y suponía que era por sus problemas laborales. También su expareja amenazó hace tiempo con luchar por cambiar la custodia en septiembre y eso tal vez también la intranquilizo.
Después de ir a ver una casa a la salida ella sugirio que si alquilamos una casa por esa zona yo podría llevar al niño al colegio de la ciudad donde trabajo. Yo le dije que si lo llevo pierdo tiempo porque llegaría tarde al trabajo y tendría que salir más tarde. Le dije que podría hacerlo ella ya que trabaja de forma remota y puede organizar mejor su tiempo y que además muchas veces comenzaba a trabajar tarde. Ella se quedó callada durante todo el viaje en señal de enfado, lo cual me enfadó. me acusó de no querer asumir responsabilidades.
La semana trascurrió en un ambiente raro y tenso debido a la discusión ya que afloraron cosas que nos molestaban a lo largo de estos meses que no habíamos comentado. Pero nada que se pueda valorar como grave.
Yendo a la playa ella me dijo que sentía como si la relación fuera una casa en ruinas y que no sabe si podríamos reconstruirla.
A la vuelta hicimos el amor, y por la mañana me despedí con un beso. Ella estaba cariñosa.
En el trabajo me envió un mensaje de que me echaba de menos.
Por la noche volvimos a intercambiar mensajes cariñoso, ella me decía que yo era muy importante en su vida, yo le decía lo mismo.
El viernes estaba muy mal animicamente y me dijo que su corazón le decía una cosa pero su cabeza le decía que era mejor distanciarse para que yo pensara como era vivir juntos con el niño y como me veía participando en la vida con él. Yo le decía que yo me veía junto a el, que juego con el tanto en casa como en el parque y que hasta le preparaba biberones etc.
Su anterior relación acabó de forma muy traumática a raíz del nacimiento de su hijo.
Me dijo que iba a ir al psicólogo. Esa semana había tomado tranquilizantes para dormir.
En el fin de semana no quería hablar conmigo, ni verme y sugirio romper la relación pero que era mejor reflexionar.
Me dijo que no quería que la acompañase a la boda que estaba a 10 días vista.
Dos días antes del viaje me puse en contacto con ella para felicitar el cumpleaños del niño y le dije que le había comprado un regalo. Ella no se esperaba que le comprara algo porque se iban practicamente ya a su país. Ahí le comuniqué que yo iba a coger también el avión aunque luego estuviéramos en ciudades distintas.
El día del viaje ella me dijo si el regalo se lo llevaba al aeropuerto o a la vuelta y acordamos coger un taxi juntos.
En el aeropuerto estábamos hablando de forma desenfada sin muestras de cariño de pareja tipo besos o caricias. Durante una conversación desenfadada y jovial mientras el niño estaba en los columpios ella se le escapa llamarme "cariño" que es como solía llamarme durante la relación.
Estuvimos en una escala juntos muchas horas comimos juntos. No hablamos de nosotros.
En su país estuvimos dos semanas donde no nos vimos solo tuvimos dos breves comunicaciones por mensajes de texto. Yo le propuse vernos pero ella me dijo que estaba ocupada.
A la vuelta ella llegó tarde a la puerta de embarque del vuelo de vuelta, hablamos por teléfono porque le pregunté si había cambiado el vuelo ya que no la vi. Una vez e el avión, ya que ella embarcó de las últimas, me envió una foto del niño sonriendo en el asiento e intercambiamos unos mensajes de texto. Yo estaba sentado varios asientos atrás y no tenía contacto visual directo. El niño siempre ha sido muy cariñoso conmigo y en el viaje no se despegaba de mi.
A la vuelta fuimos a comprar al supermercado yo ocupándome del niño. A la salida ella me dio un abrazo y le pidió al niño que me diera otro. Parecía una despedida. El niño no quería que me fuera. Cuando estaba en el coche saliendo me miró y me mando un par de besos con la mano.
Al día siguiente me envió un mensaje diciéndome que el niño estaba muy contento con el regalo que le compré. Intercambiamos un par de mensajes, ella me escribía de forma desenfadada. Le mande una foto de un curso de su idioma que compré en su país y se río porque una broma que gasté. La notaba como siempre natural, alegre, como cuando estábamos juntos.
Estuvimos más de tres semanas sin tener noticias el uno del otro desde ese día.
El pasado sábado me la encontré sentada en una terraza tomando una cerveza. Estaba sola. Me invitó a sentarme y pedí una cerveza. Estuvimos hablando de como estaban nuestras vidas y le conté cosas del viaje en su país etc. Ella estaba contenta por verme, se reía, la notaba cómoda. Ella me pidió tomar otra cerveza y compartirla. Me dijo que esta vez ella me invitaba.
Fuimos a los aparcamientos y le di un abrazo, y le dije que estaba contento por haberla visto y ella me dijo que también.
Hoy le mandé un mensaje sobre un colchón que tenía en su casa y que le deje tras la visita a sus padres y que ella seguía teniendo en el salón pegado a la pared. También le dije que a pesar de nuestras circunstancias podría contar conmigo para cualquier cosa ya que ella y el niño eran muy importantes para mi.
Lejos de recibir una respuesta cariñosa o afectuosa me respondió con cierta frialdad diciéndome que estaba ocupada porque tenía mucho trabajo y que más tarde me escribiría (sobre el tema del colchón imagino).
Esta tarde he cogido una caja y guardado todas las cosas que me recuerdan a ella, fotos, su cepillo de dientes, cepillo del pelo con cabellos de ella, sus gafas de repuesto...
Me he sentido triste.
Yo la quiero y la amo. Estar con ellos me hace feliz y mi vida dio un giro de 180 grados al conocerlos.
Me he sentido muy angustiado durante estos casi dos meses. Siento que el tiempo ha corrido muy deprisa y la vida se me va esperando. Necesito recuperar mi centro y dejar de pensar tanto en ella.
No hemos tenido una conversación sobre nosotros, no me ha dicho de forma directa que no quiere nada, no sé que es lo que necesita no hemos podido sentarnos a hablar de nosotros llegar a un acuerdo, saber cómo nos sentimos. Son muchas preguntas y ninguna respuesta. Sólo conjeturas. No sé cómo hemos llegado a esto.
No he querido forzar esta conversación porque no quiero forzarla a decir algo que realmente no quiera. Yo le dejo su tiempo, pero no se si ella ya tomó una decisión y aquí sigo esperando.
Ambos somos personas maduras, 37 y 29, inteligentes y con cultura. No entiendo como hemos podido llegar a esto.
Gracias por leerme y gracias por vuestros comentarios.
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