A ver, que una puede ser una trabajadora maravillosa, que te lo digan, y un día cometer una falta y se tiene que amonestar. Una cosa no tiene nada que ver con la otra.
Eso sí, las faltas se acumulan y pueden conllevar a un despido procedente.
Hay tres tipos de faltas: leves, graves, muy graves. Lo relacionado a los horarios, como impuntualidad o faltar un día sin avisar, entran por norma en el espectro de leve. Reiterado pasa a grave.
Faltas graves pueden ser sancionadas con empleo y sueldo, y van POR ESCRITO.
Si la falta es muy grave, podría ser un despido disciplinario en el que NO corresponde indemnización ni previo aviso. También por escrito.
Dicho esto.. una amonestación tiene que presentarse por escrito, y como mucho firmar que se ha recibido (se puede añadir "no conforme", ante la duda). Pero tú tienes que tener tu copia, y la de ellos estar firmada, para saber porqué carajos te están "tirando de las orejas", si no, pueden decir misa.
Faltas leves son las que se pueden comunicar de forma verbal y no tienen realmente una repercusión, es solo un aviso de como se debe desempeñar el trabajo. Si es el caso, pues si te están diciendo de los horarios, pide que faciliten unos turnos, que avisen con tiempo si hacen cambios, que éstos queden reflejados como ya han dicho de forma escrita (hay formularios para ello), y tan contentos todos. Podrían hacer un escrito de una falta leve, pero suerte para ellos en un juicio, vaya. Y reitero lo que los compañeros: ajustate a tu horario y deja de regalar tu vida personal.
Cualquier sanción tú la puedes impugnar.
Yo no me comería la cabeza. En las empresas es muy fácil señalar los errores (especialmente los que no se cometen realmente por culpa del trabajador, si no los que son culpa directa de una mala administración y no quieren admitirlo sacando balones fuera). También es fácil dar una palmadita en la espalda, que es más barato que recompensar los esfuerzos económicamente.
Si ves más malos rollos, más intentos de meterte culpas y marrones, entonces sí, preocúpate. De momento, con intentar que todo lo referente a faltas o correcciones venga por escrito, te cubres.
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