porque graan mayoria de hombres buscan mujers mas jovenes?

fj bulldozer

Uno tiene que saber hasta donde puede llegar, tiene que conocer sus límites. Es válido, comprensible y correcto desear una mujer atractiva como pareja, pero el deseo ha de adaptarse a las posibilidades de cada cual, de lo contrario, si se pide lo imposible o fuera de nuestro alcance, corremos el riesgo de acabar en la frustración por no decir en la obsesión.

Políticamente hablando, no coincido en absoluto con Iñigo Errejón, pero recuerdo que él empleó en cierta ocasión una frase con la que estoy absolutamente de acuerdo, "mucha gente confunde derechos con privilegios". Vamos a adaptar esta frase a los temas del amor y la pareja.

Tener una mujer a nuestro lado, es totalmente un derecho, tenemos derecho a amar y ser amados. Pero tener una mujer "a la carta" por ejemplo, "quiero una mujer rubia, de una edad no superior a 25, con ojos azules, con buenos pechos y trasero", etc, etc, teniendo el sujeto en cuestión 50 años y una estatura de 1,70 y no físicamente muy apuesto, no está pidiendo un derecho, sino un privilegio. Y para tener privilegio, hay que ser ofrecer más que cualquier pretendiente que pueda tener la chica. Si no se ofrece nada, no puede obtener el privilegio. Nadie ofrece oro por miseria.

He cometido muchos errores a lo largo de mi vida en lo que respecta al amor y la búsqueda de pareja. Pero puedo poner el ejemplo de uno que cometí no hace demasiados años. Teniendo yo ya treinta y tantos largos, sin faltar muchos años para cumplir 40, cometí el error de pretender a una yogurina, que era mayor de edad, pero yogurina al fin y al cabo. La chica era muy mona, hay que decirlo. Y como mona que era, pues no le faltaban oportunidades con chavales de su franja de edad, con lo cual yo sobraba en su mundo, por mucho que lo intenté. Aquello me costó disgustos varios y críticas por parte de mucha gente. Y yo fui muy arrogante y soberbio, porque consideraba que yo tenía la razón. No admitía las críticas, yo decía que si ella era mayor de edad yo tenía derecho a ser un pretendiente más, pues la Ley es la Ley. Pero las cosas no funcionan así, al menos aquí en España. Tuve que aprender la lección en esta vida que una cosa es la Ley y otra distinta las normas sociales no escritas. Y en este país, funciona más lo segundo que lo primero, la gente se rige más por lo "bien visto socialmente" que por lo escrito en la Ley. Desde luego que por mi pretensión los jueces no me iban a condenar, no iba a ir a prisión por ello; pero sí me condenaría la sociedad, más contando que ella era de un pueblo pequeño, donde la gente no para de criticar. Si al menos hubiera sido de una capital, es posible que la cosa hubiera sido muy diferente; no habría conseguido probablemente su amor, pero no se hubiera montado el circo que se montó por parte de sus vecinos, porque en una capital nadie se mete en la vida de nadie. De hecho en Madrid y Barcelona, en los barrios del centro de la ciudad, en muchos casos, los vecinos de edificios ni siquiera se conocen.

En definitiva, conviene aprender la lección de la vida. Como una pareja de la misma etapa, nada. Eso sí, falta encontrarla a tu gusto en la medida de lo posible. Por suerte yo la encontré.