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También existe la gente con pareja y que llevan una vida miserable e insatisfactoria.
Los hay que, aún con pareja, están o se sienten inmensamente solos y vacíos.
Al menos cuando te quieres a ti mismo, sabes algo esencial, sabes que te tienes a ti mismo y tienes tu vida.
Quererse a si mismo no es mirarse al espejo y decirse "¡joer, pero qué hermoso que soy!", dejando de lado vanidades y narcisismos, quererse a si mismo es saber que también hay cosas de ti que detestas y sabiendo que las detestas, las aceptas y forjarse una auto-estima es una tarea continua, quizá nunca completa del todo en nuestra vida entera, tal como en sentido contrario nos toma día a día forjarnos auto-estigmas.
Tener alguien a lado que te ama mientras tú te odias y desprecias debe ser de lo más carente de sentido y propósito.
Nadie se va hacer cargo de tu existencia y menos en lo que respecta a tus sentimientos y emociones, pensamientos y percepciones porque la vida es una experiencia unipersonal e intransferible.
Entiendo que para la gente que es de suma importancia la pareja o emparejarse a cierta edad por presión social, lo cual también es un cliché, esas frasecitas de "quiere a ti mismo", "vales mil", etcétera son insulsas y en cierta medida bajo cierto contexto de libro de superación y motivación personal si que lo son.
Pero tenerse a si mismo, si lo piensas bien, lo es TODO.
O, si no fuera así, ¿de qué te servíria cualquier otra cosa?
Cuando no se sabe estár solo estas palabras son tan recalcitrantes.
Y además por otro lado, sea solo o acompañado, la vida tiene sus altas y bajas así que también es un cliché idealizar la vida en pareja, el amor y la felicidad por la sencilla razón de que todo amor no tiene porqué ser correspondido tal como la mejor situación en la que una persona pueda estár no queda excenta de problemas o futuras desgracias.
Lo único seguro en la vida es la muerte.
La salud, el amor, el dinero, la felicidad, el éxito son circunstancias, llámalo suerte, coincidencia, frutos del esfuerzo y la perseverancia, errores o aciertos, decsiones y elecciones o simplemente destino pero, en cualquier caso, están condicionados a multiples factores cuyas variables escapan de tu total e ilusorio control.
La gente podrá amarte u odiarte, halagar o insultar pero ahí está la gran ventaja que tiene al final ser uno mismo.
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