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La pregunta debería ser por qué es tan difícil acabar con la violencia.
Si comparamos la edad del planeta con el tiempo de nuestra historia, la historia del ser humano, veremos que aún somos unos bebés y nos quedan muchos siglos aún por evolucionar.
Cuando toda la humanidad eduque a sus hijos, enseñe o reeduque a quien quiera ser reeducado ya de adulto, en valores con refuerzos positivos, entendiendo siempre que la agresividad es natural en cada uno de nosotros pero que se puede aprender a gestionarla para no dañar a los demás ni a nosotros mismos, entonces:
No habrá hombres que maltraten a mujeres.
No habrá mujeres que maltraten a hombres.
No habrá humanos que se maltraten entre sí.
No habrá humanos que maltraten animales.
Esto, desde luego, es un ideal que nos resulta lejano y utópico, pero en el pasado muchas cosas que eran utópicas, hoy son una realidad.
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