Me esfuerzo según lo que veo. Si en vez de una mujer tengo a una especie de vegetal que necesita sol, regado y cuidados continuos, estaría ejerciendo de jardinero. Soy mal jardinero.
Alimenté a un par de consentidas. De sabios es no repetirlo, ni permitir que el péndulo llegue al otro extremo, hasta el punto de actuar de forma vengativa. Doy más de lo que recibo, pero solo para quien lo merece de verdad. Esa fue la enseñanza capital de todo esto. Sin ningún remordimiento, pues sé que siempre existe alguien que puede entrar en nuestra vida, con la condición de que no nos dejemos llevar por miedos, resentimientos y chorradas.
Así que a cumplir, sin consentir a quien no cumple. Le guste a quien le guste; le moleste a quien le moleste.