No creo llevar razón siempre, es que siempre la llevo.
Lo que me pierde son mis almibaradas, poéticas y diplomáticas palabras, peco de respeto en exceso y debería dar rienda suelta a mis pensamientos.
Eso sí, cualquier muestra de cariño por mi parte es sincera, cualquier muestra de desaprobación por mi parte está tamizada por lo políticamente correcto y expresada con el freno de mano, soy demasiado bueno y contenido
.