La vida y sobre todo la condición que por la razón que sea tengamos en ella, es instransferible. Que más dan las etiquetas y los arquetipos en los que pueda encajar o desencajar, es nuestra vida y es instransferible. La vida es tiempo, feliz o infeliz no vivirás por siempre. El tiempo tampoco garantiza aprendizaje. Tiempo no es madurez. Crecer duele. No importa si tropezamos cien veces en la misma piedra, se vale tropezar indefinidamente y se vuelve a comenzar indefinidamente. El proceso de aprendizaje es individual, nadie determinará lo que es o no imperdonable sólo para mi. Me permito ser yo por encima de lo que cualquiera dicte lo que yo debería ser o dejar de ser. También permito al otro ser. Sólo se vive un día a la vez, se es lo que se es solo en este momento, no importa ya el pasado, no importa aún el futuro. Las respuestas no siempre están en nosotros, sino en nosotros y todos. Aún egoista, vives. Aún desdichado, hay un camino a la paz y a la serenidad. Aún tirunfante, seguirás humano. El bienestar es un interés legitimamente común, pero nadie es dios ni para si mismo, ni para los otros.
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