Un matrimonio es un contrato, señoras y señores, que no se nos olvide eso nunca. Y quien firma un contrato adquiere derechos y deberes, que no son puntuales, sino continuados en el tiempo.
¿Qué pensaríamos de alguien que adquiere una casa, no emprende ni una actuación de mejora o de mantenimiento, o no se queja cuando alguien se la daña, y luego se extraña porque se le cae a trozos? Esto es igual, que la gente se piensa que das el sí quiero y ya no hay que hacer nada más. Luego nos extrañamos y decimos, "no es como cuando me casé", "no era lo que esperaba..." Igual el problema es que nunca pensaste debidamente qué significaba casarse.
Una cosas más: si vas a firmar un contrato, sé inteligente y firma un contrato que puedas cumplir, y cuyos riesgos puedas asumir. El amor será ciego, pero tú sabes leer, diantre.
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