Si hasta el mismísimo Oscar Wilde ponía al amor romántico a caer de una burra, con su fina ironía.
Es normal, y es deseable tomarse esto del amor a chufla. Lo que pasa es que no cunde demasiado y entra en colisión directa con la cultura del besito de cine. "Ya viene éste/ésta/esto a atacar al amor. Debe ser como un animalillo herido o un insatisfecho de la vida. Un día se le pasará, ¡pobrecillo!".
Has visto en tus experiencias lo que hay. Cuando no se trata de mojar churro, se trata de cubrir inseguridades internas, satisfacer imposiciones sociales o poder presumir de pareja.
Llegará quien tenga que llegar. Y si no llega, pues nada. Y si quien llegó se marcha, pues puerta abierta para que se largue, puente de plata. Tampoco se pueden pedir peras al olmo. Es posible que no sea tu momento para conocer a alguien, pues estás conociendo a personas bastante inmaduras, de plazo corto (por la forma de ser de esos chicos, parecieran que les pican los bajos, cual veinteañeros en celo); y quizá tengas que esperar un poco más; cuando la vida dé uno de sus fantásticos giros y golpes de timón y descubres nuevas formas de vivir, con personas que prefieren muchas cosas antes que la camita y el resobeteo directo.
El amor romántico ni es meritorio, ni es justo, ni es nada. Es solo lírica. A mi me parece muy resultón en las obras literarias. Todo sea dicho. En la vida real es pillarse los dedos con la tapa del piano cuando la obra acaba.
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