> Foros sobre otros temas > Off-Topic - Otros temas
 
 
Antiguo 20-Jul-2013  
Banned
Usuario Experto
 
Registrado el: 11-July-2011
Ubicación: In the shadows
Mensajes: 569
Agradecimientos recibidos: 786
Quería compartir con vosotros este texto que escribí hace apenas unos minutos, porque es algo que llevaba dentro desde hace unos días y me resulta mucho más fácil contárselo a unos completos desconocidos. Ante todo, destacar que fui de acompañante.


Recuerdo que era un día soleado de pleno verano. El sol brillaba con una luz intensa y nos adentramos en una pequeña travesía con un rumbo aparentemente oscuro. Esperanzador para aquellos que desconocen el funcionamiento de esta enfermedad, desolador para los que conocen de buena mano sus mecanismos de acción.

Estaba nervioso, la incertidumbre de lo que fuera a encontrarme me asustaba. El corazón latía con mayor velocidad de lo normal, aunque esto ya me resultaba familiar. El paisaje era hermoso, casas rodeadas de vegetación por todos lados, chalés que casi parecían mansiones y niños jugando bajo el pleno sol. Una residencia de ancianos que se escondía detrás de unos hermosos árboles y una tranquilidad que trataba de ahuyentar el nerviosismo.

No tardamos en llegar. Mi primera sensación fue que la residencia de ancianos estaba ubicada en el mejor lugar posible. Tranquilidad, naturaleza y hospitales por doquier. Al entrar por aquellas puertas automáticas observé el interior del recinto con cierto recelo; “demasiado lujo y derroche”, pensé. Las butacas de la sala de espera eran de lo más cómodas. Perfectas para trasnochar en ellas si hiciera falta. Como si de una carnicería se tratara, cada cual recogía su número y esperaba a que éste saliera en la pantalla indicándole que dirección tomar en su viaje. Una charla tranquilizadora y otro destino que indicaba el siguiente paso a seguir.

Fue en ese momento cuando me superó la atmósfera del lugar. Observar las caras de las personas que entraban y salían por aquellas puertas automáticas; los rostros de las personas que esperaban impacientes; otra serie de transeúntes que dedicaban su tiempo, su largo tiempo, a caminar por los pasillos en un intento desesperado por encontrar aquella paz y calma que hace algún tiempo perdieron.

Algo que me resultó curioso fue la facilidad con la cual se podía distinguir a la gente enferma de la sana. El centro estaba dispuesto de múltiples salas, cada una destinada a una función determinada y en todas ellas un pequeño pasillo que se asemejaba a una sala de espera. La expresión facial de las personas sanas era de preocupación, pero a su vez de serenidad, una falsa tranquilidad y siempre tratando de guardar la compostura, en un intento fallido de mostrarse optimista. Los rostros de los enfermos rebosaban impaciencia, dudas, depresión, miradas perdidas, siempre en alerta a todo lo que pasaba a su alrededor. Era curiosa la forma en la que actuaban nada más se abría una puerta. Alzaban la cabeza al unísono y esperaban impacientes a que sus nombres fueran mencionados.

Al cabo de unos minutos de haber entrado en ese lugar, sentí que era lo más parecido a una casa divina en la cual una serie de médicos te juzgaban y decidían si podías regresar a tu vida o si bien aquí se acababa todo. Supongo que nunca podré llegar a entender (espero) lo que cada una de esas personas sentía en su interior. Para mi fue algo sobrecogedor. Era como jugar a la ruleta rusa. Sabía que al menos a la mitad de los que aquel día estaban en esa sala les quedaban 3 telediarios. Es muy duro mirar a esa pobre gente a la cara y ver como estaban completamente derrumbados, algunos sin ningún tipo de esperanza ni un solo gramo de fuerza. Por suerte, también fui testigo de la otra cara de la moneda. Es muy normal que en el mismo día tengas cita con diferentes especialistas, y allí que fuimos de una sala de espera a otra. Yo no paraba de observar lo que veía a mi alrededor. A medida que pasaban los minutos y las horas, me iba tranquilizando más, me iba acostumbrado. Quizás lo más agradable de aquella mañana fue el hecho de ver como un hombre medianamente joven que no tendría más de 30 años entraba a la consulta y 5 minutos más tarde salía con una sonrisa de oreja a oreja, una euforia como si le hubieran dado el Premio Nóbel o su equipo hubiera ganado la Champions. Fue realmente impresionante ver la felicidad en su rostro al lado de la tristeza de casi la totalidad del resto de las personas. Probablemente su lucha había terminado (por el momento) o quizás nunca llegó a empezar.

Un par de horas más tarde, dimos por concluida la estancia, aún sin saber nada certero y a la espera de nuevas indicaciones en la mayor brevedad posible. Los días se agotan y la cuenta atrás termina. La impaciencia nos acompaña, después de un largo año quizás la sonrisa sea nuestra siguiente expresión facial. Pero si hay algo que nunca podré olvidar, será la primera media hora que pasé en aquel lugar.
 
Antiguo 20-Jul-2013  
Usuario Experto
Avatar de AndreaB
 
Registrado el: 14-November-2012
Ubicación: en la luna
Mensajes: 170
Agradecimientos recibidos: 310
Definitivamente de las peores desgracias que ocurren en la vida,lo peor es que es mas común de lo que muchos imaginan. En mi familia existen dos casos de cáncer y vi morir a mis abuelos lentamente mientras ellos pedían que les dejáramos ir en paz. En nuestro egoísmo no entendíamos como alguien quiere dejar de vivir, va en contra del instinto de conservación. La depresión los deja abatidos y esta enfermedad es muy emocional, los casos que conozco de cura son de personas muy optimistas.
 
Antiguo 20-Jul-2013  
Super Moderadora ★
Usuario Experto
Avatar de Ginebra
 
Registrado el: 25-July-2011
Ubicación: ZgZ
Mensajes: 35.834
Agradecimientos recibidos: 15175
Mi padre, mi abuela, mi madre...los tres murieron de cáncer, por desgracia nada sobre esa plaga me es ajeno.

Por desgracia sé como mata,
 
Antiguo 20-Jul-2013  
Banned
Usuario Experto
 
Registrado el: 13-August-2012
Ubicación: Tree Hill
Mensajes: 7.012
Agradecimientos recibidos: 1945
Es una enfermedad muy dura. Me gustaría morir de otra cosa.
 
Antiguo 20-Jul-2013  
Banned
Usuario Experto
 
Registrado el: 13-August-2012
Ubicación: Tree Hill
Mensajes: 7.012
Agradecimientos recibidos: 1945
Cita:
Iniciado por Ginebra666 Ver Mensaje
Mi padre, mi abuela, mi madre...los tres murieron de cáncer, por desgracia nada sobre esa plaga me es ajeno.

Por desgracia sé como mata,
Y yo lo siento mucho, Ginebra.
 
Responder

Temas Similares
Consejos para una primera cita (la primera de mi vida) Una carta desde el hospital...te quiero la visita En el hospital...


--------------------------------------