Mi ex pareja hacía lo mismo. Yo estaba pasando una racha mala en cuanto a deseo sexual, y él me lloraba que se sentía poco querido. Resultado: yo tenía sexo sin ganas y después me sentía miserable. Cuando se lo decía, es que yo era exagerada, seguro que me lo había pasado bien, y por supuesto, si no quería podía decirle que no (él podía no insistir y usar chantaje, pero lo hacía). También le gustaba el sexo anal, y yo, anulada (eso lo sé ahora), aceptaba porque quería que se sintiera complacido, que no me la armara, que me quisiera. Me llegaba a decir que no podría estar en una relación sin sexo anal (y una persona segura de si misma le habría mandado a freír, no era mi caso), así que yo no quería perderle y aceptaba a pesar de que me dolía. Él sabía que me dolía y no planteaba otras opciones. Incluso le dije que era raro, que anteriormente no me dolía tanto.. A ver si así cambiaba de proceder.. Le decía de controlar yo el ritmo, decía que si, pero en la acción se ponía como una moto y le daba igual que yo gritara, que me quejara. Incluso a veces decía de parar y no me hacía caso, "me voy a venir rápido", me decía como respuesta. Vamos, que hasta le gustaba más que me quejara.
Consiguió que aborreciera el sexo en general y el anal en particular. Con el tiempo a lo primero le perdí el miedo.. Pero el anal, práctica que he hecho con todas mis parejas, no he vuelto a tener ni creo que tenga.
En el resto del día no quería hablar de cosas que para mi eran importantes.. Con lo cual llegaba a sentir que yo, y mis cosas, no eran de importancia. Yo vivía por y para él, y de mi cada día quedaba menos. Me montaba escenas por todo, y sólo me dedicaba tiempo si quería sexo, si necesitaba dinero, o algún favor. En el sexo al principio se dedicaba a mi, y al tiempo ya no.. Y así con todo. Porque tampoco va a ser idiota de mostrarse como un energúmeno desde el día uno.
Rekless.. Yo no quiero pensar que fui víctima, y se que mi parte de culpa también la llevo por aceptar esas vejaciones y no pararlas antes.. Pero es que todo tiene su proceso, y creo que el hecho de venir a contarlo es importante. No normalicemos que una pareja se pase por el forro los sentimientos de quien supuestamente quiere. Por mucha falta de comunicación o experiencia que haya, yo se si algo le gusta o no a mí pareja, y desde luego puedo equivocarme, puede no decirme nada.. Pero si veo que sufre por algo que hago, me detengo y como mínimo lo hablo.
Y ya no es sólo en el sexo anal, si no en todo (lo de dejarla cinco metros atrás, estar más pendiente del móvil que de ella hasta que toca ******..).
Y alguien puede decir que sí a algo, y después cambiar de idea.. Con razones de peso si algo le duele o incomoda. No me vale la excusa de continuar porque en su momento también quería..
No se si voy a tener que poner el famoso ejemplo del té...
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