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Llevamos 4 años juntos y casi 1 casados. Siempre ha sabido que es una cosa que me gustaría que me haga y más que eso, yo se lo he comunicado y pedido, primero siempre dentro del momento de las relaciones, y luego ya lo he empezado a hablar fuera de ellas porque no entendía por qué no quería ni quiere. Y siempre me ponía excusas. A día de hoy es un tema que sale cada varios meses y ahora tiene la excusa de que por pedírselo, le cohibo y no está a gusto conmigo, pero él sí me pide constantemente que le practique sexo oral y jamás me he negado.
Además, tengo otro problema, y es que me cuesta mucho correrme y follando con él ni una sola vez me he corrido. Le he dicho que quizás el sexo oral ayudaría y ya más allá de eso, me apetece mucho, y no sé por qué me negaría algo que simplemente es dar placer y que sé que se lo hacía a sus exs y cuando nos conocimos y aún no habíamos hecho nada me decía: "¡qué ganas tengo de hacerte esto un montón de veces...!" Y luego nada.
Cada vez estoy más frustrada porque cada vez disfruto menos de las relaciones y cuando veo que además le da igual mi placer, me quita aún más las ganas. Su solución es que vaya a mirarme por qué me cuesta correrme. Le he dicho: "vale, pero eres mi pareja, también es asunto tuyo y puedes ayudarme y si hay cosas que aún no hemos probado..." Pero dice claramente que no quiere hacerlo.
Honestamente, es una persona extremadamente vaga en todos los aspectos y pienso que puede ser por esto, o porque su cerebro está quemado de toda la pornografía que ha consumido o se imagina que una vagina tiene que ser perfecta, y ni por esas, porque siempre la tengo limpia, depilada y no es para nada fea.
Así que no sé qué más hacer porque pedírselo no porque dice que cada vez que se lo pido se le quitan más las ganas. La comunicación que se supone que es esencial con él no funciona. De hecho, lo que me ha dicho es: "vale, pues deja tú también de hacerme sexo oral a mí y ya." En lugar de empezar a hacerlo él prefiere que deje de hacérselo yo cuando es una cosa que prácticamente le obsesiona.
No es que le dé importancia de más al sexo, pero cuando veo que evita cosas que podrían darme más placer y que le da igual, me siento como su muñeca, te uso para correrme yo y ya está. Y me está afectando mucho a la autoestima.
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