Hola a todos. Me encuentro en una situación dolorosa y complicada. Con mi pareja llevamos 3 años, el último a distancia. Ambos tenemos más de 30 años.
Soy la chica de esta historia:
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Hago un resumen: los dos primeros años la relación era normal, con sus altibajos y problemas puntuales. El último año todo empezó a desmoronarse y surgieron problemas, en parte causados por la distancia.
Él se fue a vivir muy lejos por ambiciones personales y aunque yo en un principio acepté y hasta le animé a seguir sus sueños, a los 3-4 meses aquella situación empezó a afectarme porque nos veíamos muy poco (cada mes y medio). Estaba triste porque le echaba de menos, pero nunca desconfié de él ni pensé que me estaba engañando ni nada parecido.
Sobre esa situación y mi malestar hablamos 2 veces y básicamente me respondió que no sabe cuánto tiempo va a estar allí y que yo tengo que ser fuerte...Recalco que no se fue ni por trabajo ni por estudios.
Aquellas respuestas me hicieron replantearme la relación y pensé en dejarlo. Pero justo entonces le despidieron del trabajo (trabajaba online) y él se vio en una mala situación económica, así que la idea de volver era cada vez más realista porque allí donde vive, no hay trabajo de lo suyo. Convencida de que acabaría volviendo, decidí esperar un poco.
Hace un mes, tuvo un ataque de celos porque salí de fiesta con mi prima. Me fui a mi país por cuestiones familiares y un día mi prima me invitó a salir (está casada y tiene hijos y esa fiesta no fue ningún desmadre). Yo le conté eso a mi novio sin sospechar siquiera que se enfurecería y me montaría un pollo por ello.
Me llamó egoísta por haberme ido de viaje sin él (él está cobrando el paro y no puede salir de España), sabiendo que mis cuestiones familiares eran importantes y no se podían aplazar. Me dijo que los pubs y discotecas eran puticlubs y que las mujeres que van ahí es porque buscan sexo.
Aquello me dejó perpleja porque en primer lugar, en todo este tiempo, él nunca había mostrado rasgos de ser una persona celosa e insegura.
Y en segundo lugar, desde que él viajó, está casi todos los fines de semana saliendo de bares y siendo cliente habitual de una discoteca donde ya le conoce todo el personal (lo sé de primera mano porque me llevó una vez).
Ayer me dijo que no puede estar con una mujer que sale de fiesta sin él porque no estaría tranquilo y no podría confiar en ella. Intenté hacerle ver mi punto de vista, sin éxito. Al final, acepté a regañadientes no salir a bailar sin él y le pedí lo mismo a cambio. Indignado me respondió que él a la discoteca no puede dejar de ir, que no tiene amigos, que se siente muy solo y que la discoteca es el único lugar donde puede socializar. Otro argumento que me dio, fue que las mujeres pueden poner los cuernos en la discoteca porque tienen muchas opciones. Con los hombres no pasa lo mismo porque nadie les hace caso.
Cosas menores que me echó en cara fueron haber salido a tomarme unas cañas con amigos de toda la vida, mientras él ha conocido a mujeres en ese sitio, se han hecho amigos y han salido a tomar café a solas y yo nunca desconfié ni me pareció mal.
Toda esta situación me parece absurda. Empiezo a pensar que estoy en una relación de maltrato psicológico. Sus peticiones son humillantes para mí porque no es capaz de ofrecer lo mismo que pide y aplica la ley del embudo. Siento que mis sentimientos le importan una mier**, aunque diga que me quiere. Siempre soy yo la que cede y tiene que transgredir sus límites y convicciones para que él se sienta bien. He aceptado el sacrificio de tener una relación a distancia para que cumpla sus ilusiones. Quiere que deje de hacer lo que me gusta y renunciar a parte de mi libertad para que él esté tranquilo. Pero él es incapaz de hacer un solo sacrificio por mí y tener la decencia de predicar con el ejemplo y ser coherente.
Parece que la relación ideal para él es aquella donde él sea el centro del universo y su pareja se someta a sus deseos...porque si no lo haces absolutamente todas las veces, se enfada. Siento que me percibe no como persona sino como una especie de mascota. Más de una vez me he disculpado por cosas que intuyo no eran mi culpa, pero no quería que siguiese enfadado. Y él cuando está enfadado aplica la ley de hielo.
Tiene ciertas expectativas con la pareja, detalles, que se niega a comunicarme porque quiere que salgan de mí. Pero cuando no las cumplo por desconocimiento, saca conclusiones erróneas y luego me acusa de no quererle. Después justifica acciones suyas que no me gustan, diciendo "aquel día no hiciste tal cosa y me demostraste que no soy importante para ti, por eso soy como soy".
Estoy en un punto que empiezo a dudar de mis propias ideas y convicciones, aunque en el fondo pienso que él es un sinvergüenza, caradura y egoísta. Intuyo que si sigo con él, mi vida será miserable. Y aún así, estúpidamente, le quiero. No sé si me encuentro en una relación de abuso...Me leo y me doy miedo, no me reconozco...
No entiendo cómo ha podido esconder esa faceta de celoso obsesivo durante 2 años. De haberlo sabido desde un principio, nunca habría iniciado relación con él. Pero cuando ya están presentes los sentimientos, es complicado dejarlo y albergas la esperanza de que esta persona cambie a mejor...
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