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Iniciado por maizena3
@Diazepam no sabes cuanto cuanto me ha abierto los ojos un mensaje tan "sencillo" como el tuyo.
Mis amigos también me han dicho que esos comentarios son muuuuy fuertes, pero yo como estoy dentro no acabo de ver la gravedad aunque sé que me hicieron sentirme fatal.
Por cierto, le da a la coca y no se a que mas y pienso que su caracter esta asi por eso, no siempre pero algunos findes, se vuelven agresivos verdad?
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Lo sé, amiga. He visto muchas relaciones de maltrato. Son todas parecidas. La persona que maltrata practica un sistema que se llama "refuerzo intermitente". Es decir, te castiga y te premia, te da una de cal y otra de arena. Libera sus mierdas contigo y para que sigas aguantando, luego te da una caricia. Caricia-bofetada-caricia-bofetada. Y así siempre. Seguro que después de una tarde de comentarios chungos, te tocaban un par de días de cariñitos.
Es esencial que no olvides que la persronalidad real es la maltratadora. La personalidad "encantadora" sólo es el refuerzo positivo que te dan porque saben que sin eso no les aguantas. No existe realmente esa personalidad.
Por supuesto, para ellos tú siempre tienes la culpa.
Con la cocaína efectivamente pueden desarrollar conductas agresivas, pero también te digo que mucha gente con un perfil psicológico agresivo acaba dándole a ese tipo de drogas. Muchas veces no se sabe muy bien qué fue antes, si el huevo o la gallina...
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Reforzamiento intermitente
En este tipo de relaciones marcadas por el abuso emocional, suele darse un patrón cíclico, con fases en las que el maltratador se muestra cariñoso y atento, seguidas de fases de abuso emocional. Esta conexión emocional intermitente produce gran desasosiego y confusión en la otra persona, manteniéndola insegura constantemente respecto al amor de su pareja. Cuando cree que tiene al amor de su pareja, él vuelve a rechazarla y ella siente una gran ansiedad por recuperarlo de nuevo. Los pequeños momentos de conexión hacen que recupere la esperanza y cuando sucede de nuevo el rechazo y el maltrato, la decepción y el dolor son intensos.
El vínculo traumático es similar al síndrome de Estocolmo, el cual se produce cuando los secuestradores alternan entre la amabilidad hacia la víctima y el terror. Esto hace que los rehenes se vuelvan dependientes de sus captores tanto para sus necesidades emocionales como físicas. "El miedo es tan intenso que toda esperanza de supervivencia depende de complacer al criminal" (Symonds, 1975). Del mismo modo, en el maltrato emocional, la amabilidad y el abuso son también intermitentes y contribuyen a crear el vínculo traumático.
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