|
A eso le llamo ser dependiente, como tú lo eres de ella. No es tu enemiga, es otra persona perdida más de este mundo que necesita que alguien la quiera y la haga sentir especial y aceptada y como toda persona dependiente, le cuesta renunciar del todo a alguien que está detrás de ella, como a tí te cuesta renunciar a estar detrás de ella.
Ni tiene las respuestas, ni sabe más cosas que tú, ni es más madura o menos inmadura y vino al mundo como venimos todos, sin tener ni pajolera idea de como hacer las cosas y teniendo que aprender sobre la marcha. Ella es tú o soy yo, o cualquiera, con sus dudas, inseguridades, miedos y vacíos, tratando de encontrar la manera de ser feliz. No es un ser excepcional, sólo es humana y los humanos fallamos, y mucho.
Y de eso va el amor. De saber que está destinado a personas que pueden fallarte, porque no son perfectas, ni van a hacerlo todo correctamente. El amor propio de por sí empieza por amarte a ti mismo, aun siendo consciente de que puedes ser cobarde, o dependiente, o débil, o equivocarte. Si te amas así, así amarás a los demás. Por lo que son: no por lo que tú quieres que sean.
Si hubieras empezado tu duelo, seguramente a estas alturas ya habrías hecho introspección y hubieras entendido muchas cosas. Como no lo has hecho, sigues en la división maniquea de yo soy bueno y ella es mala, que no te hace ningún beneficio y además no sirve para nada.
Pero sí, el inicio siempre es el contacto cero y el ir desprendiéndose de las esperanzas. Y después trabajar la aceptación, la comprensión y finalmente la indiferencia. Mientras sigas rechazando, seguirás sufriendo. Y realmente si lo piensas es tan fácil como ¿qué prefieres, seguir sufriendo indefinidamente? ¿o sufrir un tiempo determinado para poder curarte?
|
Modo Híbrido
