Las mujeres (y el ser humano en general) siempre, siempre, siempre, te decepcionarán. Así que baja un poco el acelerador, no te impliques tanto, deja de hacer las cosas siempre por los demás, sé feliz con lo que a ti te gusta hacer, no bases tu felicidad exclusivamente en los otros y sus veleidades. Vive la vida pero no dejes que te la amarguen. Sé feliz por ti, para ti y contigo mismo. Es la lección más sabia en estos temas de los amoríos del siglo XXI. El amor ya no es lo que era.
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