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Iniciado por No Registrado
Si le sumamos los físicos socialmente aceptables que nos imponen día a día de forma subliminal a el carácter, preferencias y forma de ser de cada uno vamos listos.
La sociedad en la que vivimos actualmente nos dice quien SI vale y quien NO, nos lo meten por todos lados de forma discreta para que no se note mucho y yo al menos me doy cuenta de que ahora hay un alto porcentaje sobre todo de gente joven que cultiva muchísimo el cuerpo rozando incluso la obsesión pero el intelecto prácticamente nada.
Lo ideal sería llegar a un punto medio no que una cosa prime sobre la otra absolutamente, digo yo.
Habrá gente para la que un chico o una chica guapa les vale aunque no tenga nada dentro de la cabeza, para mi no…si no hay un equilibrio no me sirve.
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Lo que resalto en negrita me sirve para meter mi rollo y pasármelo bien
Veamos: vivimos en una sociedad de consumo, capitalista, "neoliberal", en la que el poder político y la propia soberanía de los Estados queda relegada a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales que a través de su control sobre eso tan etéreo y a la par tan notable en sus efectos sobre nuestras vidas que llamamos "los Mercados", nos dicen dónde y cómo tenemos que trabajar, cómo nos tenemos que vestir, cómo nos tenemos que comportar, a quién votar en las elecciones, lo importante que es mantener bajo control algo de lo que hace cuatro años no sabíamos la mayoría ni que existiera: la Prima de Riesgo... En definitiva, los actores que han hecho posible la existencia de lo que hoy más o menos entendemos como un mundo globalizado que cada vez más se va uniformando en todos los órdenes, incluído el cultural, con el fenómeno de la Mcdonaldización, el financiero, el laboral...
Pues bien, esto enlaza con otra cuestión, que es la de la existencia de un mundo desarrollado y de un mundo en desarrollo o subdesarrollado. Y entramos de golpe y porrazo en las tres características que definen y que son sustentantes del llamado mundo desarrollado: estabilidad política entendida sobre todo en democracias, extensión de la educación a la mayoría si no al 100% de la población como consecuencia y parte del progreso del llamado Estado del Bienestar y la inversión de capitales como instrumento del progreso.
esa fue la receta que los países desarrollados después de la II Guerra Mundial quisieron exportar a los países nuevos, que después se convertirían orgullosamente en el Tercer Mundo y que como todo el mundo sabe o adivina ha fracasado. La razón es que el desarrollo es un proceso y no una meta.
Bueno, vamos con España:
Aquí tenemos que por un lado la crisis nos ha golpeado ferozmente, somos un país desarrollado pero carente de un tejido industrial que sustente una economía exportadora que pueda tirar del resto ante las crisis financieras y el gobierno ha optado, como estamos en eso del Euro, por la devaluación interna rabajando salarios y abaratando el despido y supuestamente la contratación para hacer las pocas empresas exportadoras y las de servicios, principalmente hosteleras (cadenas de hoteles) más competitivas, entrando a competir contra países tan avanzados como Vietnam o Pakistán en cuestiones de producción a bajo coste. Todo un logro.
Pero para que todo esto se pueda asentar sin tensionar la sociedad en exceso es necesario que el sistema educativo colabore a hacer dóciles a los ciudadanos. Y otra vez las grandes empresas, el mundo de los Mass Media, las grandes marcas de moda, colaboran con el proyecto vendiéndonos un modelo de persona que no existiendo, nos resulta el ideal: joven, preparado, con éxito, bien situado social y económicamente (sin entrar demasiado en de dónde saca el dinero para tanto como destaca)... Al tiempo que el sistema de educación pública se resiente ante los recortes y de los vicios del Estado del Bienestar: corrupción, evasión de capitales, fraude fiscal, crisis general de los valores sociales, políticos, éticos... y de los jóvenes nadie se preocupa, produciéndose un vacío que llenan la Tv e Internet principalmente y en lugar de dedicarse a aprender se dedican a hacer deporte, que está bien, pero sin descuidar lo otro.
Al final tenemos que intereses económicos, políticos, las propias mujeres que se convierten en instrumento para provocar un cambio de actitud en los hombres y hacer menos competentes, menos preparados, menos inquietos intelectualmente a los hombres y por lo tanto y en conjunto una sociedad más dócil y manejable, pacífica incluso cuando se la agrede con toda esa política de recortes y tasas que se le imponen, para parecernos cada vez más a esos países que admiramos tanto del SE asiático.