Es un error muy común, cuando fracasamos de forma reiterada en nuestras relaciones de pareja, buscar los fallos en la otra persona en lugar de analizar si nosotros tenemos parte de responsabilidad, es la actitud más fácil y cómoda.
Quizás hemos tenido mala suerte, no sabemos elegir o directamente no hay quién nos aguante y tenemos bien merecido estar solos.
Se puede encontrar a la persona adecuada a cualquier edad, evidentemente es más difícil con el paso de los años por la sencilla razón de que disminuye la oferta y, dentro de la oferta disponible, el porcentaje de personas que no están preparadas para tener una relación (personas inmaduras, egoístas e inestables que nunca tendrán relaciones duraderas) aumenta significativamente, por lo que es más fácil toparse con ellas.
Pero ni la juventud es garantía de éxito ni el paso de los años un fracaso asegurado, de hecho la experiencia es un grado si aprendes de ella y, aunque aumenten las dificultades (disminuya la oferta y sea de peor calidad), serás capaz de elegir mejor que cuando eres joven e inexperto, es más, en el peor de los casos sabrás reconocer a las personas tóxicas y, si son las únicas que se cruzan en tu camino, comprenderás que serás más feliz en soledad, lo que ya es mucho.
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