Yo reconozco tres niveles:
1) El social, en el cual todos hacemos "teatrillo". Intentamos agradar, esconder defectos, mostrarnos íntegros, auténticos; de forma casi automática.
2) El afectivo, en el que los demás saben más de nosotros, como por ejemplo los colegas (poco), y los amigos (mucho). Mostramos nuestras debilidades a quienes están en el círculo de confianza, compensan nuestras carencias, la soledad. Nos cuidan si caemos. En lugares solitarios/pueblos/aldeas se suele establecer un nivel afectivo más fácilmente, entre vecinos, por ejemplo (para bien, o para mal). Las personas con dificultades en las relaciones sociales también tienden al 2, saltándose el 1.
3) El íntimo, propio de parejas, pasiones, rollos así. En lo afectivo, y en lo sexual. Puede ser un paso independiente de los otros dos, por ejemplo cuando se recurre a trabajadores/as del sexo.
Es lo único que reconozco. En duraciones y progreso, cada uno es diferente. En mi caso, por ejemplo, me muevo como pez en el agua en el 1) algo menos en el 2), y puntualmente en el 3). Me pueden llamar romántico, y anti-romántico, según a quién pille y en qué día.
Es lo mágico del asunto. Que no hay definiciones exactas, porque algunos consideran lo puramente platónico, poco intenso, como ideal, sin salirse del 2); y otros prefieren que haya chicha, peleas, compromiso, y lindas escenas de cama, con "no te marches jamás", en el campo de batalla del 3).
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