Mientras más atractiva sexualmente sea una persona, más habilidades sociales tenga y más dispuesta esté a mantener relaciones, más aumenta la probabilidad de tener ''una buena vida sexual'' (dependiendo ya de lo que eso suponga para cada uno; con pareja estable o no, con o sin cariño, etc). Entran muchos factores en juego, y cada persona es un mundo.
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