Carlos Eduardo Robledo Puch
Un adolescente, cabello rubio y ojos claros, de clase media alta cuyo entorno familiar era estable y normal, es el mayor asesino múltiple de la historia argentina.
Empezó a asesinar con 17 años, mató a mínimo 11 personas, tanto hombres como mujeres, muchos robos y hurtos, una violación y una tentativa de violación.
Asesinó a sus dos socios y es por ello que cuando ya en prisión se escapó y fue a buscar refugio, ni el hampa lo quería. El primer socio murió en un accidente extraño de coche y el segundo, Somoza, tampoco le duró mucho tiempo. En 1972 ambos asesinaron a un hombre en una ferretería, tras lo cual Robledo Puch habría matado de un balazo a Somoza y le habría prendido fuego en la cara y las manos para evitar que lo reconozcan. Un error en este hecho fue lo que llevó a que finalmente el "Angel de la muerte" fuera detenido: olvidó sacar su documento de identificación del bolsillo de Somoza.
"Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos". Eso dijo Carlos Eduardo Robledo Puch, apodado el "Angel de la muerte", ante el Tribunal que le dictó la cadena perpetua en 1980; hoy continúa en el penal de Sierra Chica cumpliendo su condena.
Hoy, él cree que es un enviado de Dios cuya misión es predicar el Evangelio. Y después de casi 38 años en prisión, insiste en su inocencia. "Nunca amenacé ni mate a nadie".
Robledo Puch no manifiesta el más mínimo arrepentimiento y sostiene que lo condenaron porque necesitaban "crear un monstruo para tapar los problemas económicos y sociales que había en ese momento en el país".
A pesar de que pide salir de prisión, no se le concede,y es que en sus años de reclusión, Puch tuvo varios brotes sicóticos. Así lo establecieron los diferentes peritajes psiquiátricos, que hablan de una persona con "perturbación esquizoide" y se cree "libre de todo mal y toda culpa".
Una de las manifestaciones más claras de su estado mental ocurrió a fines de 2001, cuando Puch se disfrazó con unas antiparras y una capa asegurando ser Batman. Así personificado, quemó un taller del penal.
En una visita que LA NACION realizó a la cárcel de Sierra Chica, personal del penal contó anécdotas de este hombre que pasa gran parte de sus días leyendo, escuchando la radio y escribiendo. Entre otras cosas, contaron que una vez le regaló una muela a una de sus psiquiatras.
También hablaron de su humor cambiante, dependiendo del cual por momentos manifiesta grandes deseos de libertad para vivir en paz, mientras que en otros momentos habla de salir para ser "el sucesor de Perón" e incluso dicen que llegó a decir que mataría al que fuera presidente...
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1400680-robledo-puch
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