Lo de ser anarquista sobra, pues Chomsky es anarquista y cree en ellas. En cambio Foucault muestra como esas leyes están creadas por cierto tipo de personas para favorecer más a unos que a otros; nunca las leyes son imparciales pues ignoran en su abstracción idealista la inmanencia de los grupos de personas. Por lo que la imparcialidad nunca la tienen a su lado los jueces, más bien hablan el idioma de los suyos.